Columna: Fogonero vanidad y azote

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Por Rodrigo Islas Brito

Son las cinco y media, es viernes y no se sobre qué va la columna, o si se. ¿Pero ya para qué?

Con las precampañas a la gubernatura de Oaxaca a todo lo que da, con muratistas y futuros muratistas discutiendo nada, con Pepé Toño Estefan Garfias siendo traicionado por duodécima vez por su inconsciente de priista de sepa diciendo “pobrecitos los del PRD que dolidos están “ (cuando seguramente se estaba refiriendo al PRI o en una de esas alguien debería avisarle ya, a un año de que su corazón se haya vuelto perredista, que lo que ahorita precisamente quiere es abanderar a esos dolidos a la gubernatura del estado).

Con  el ridículo de la exoneración de Humberto Moreira, quien ahora ya limpio y todavía millonario amenaza con volver al ruedo político para restaurar su buen nombre, amenaza que seguramente cumplirá, con Andreita Legarreta pidiendo que ya no le hagan bulliyng por haber dicho las babosadas que le dictó un telepromter a cambio de una buena mochada, con la última moda del crimen organizado en Oaxaca de ejecutar a familias enteras, donde sea y a la hora que sea, así el saldo incluya a niñas de catorce años y bebes de siete meses.

Sólo puedo pensar la respuesta del personaje de viejo sheriff paralitico tío Ellis  de Barry Corbin en No Country for old men, cuando el agotado poli veterano  interpretado por Tommy Lee Jones le confiesa que se siente “superado” por la letanía de crueldad,  ejecuciones, corrupción y desesperanza de la que acaba de ser inerte testigo.

“Esto que sientes no es nada nuevo, este país es difícil para la gente. No se puede detener lo que viene, no todo está esperando por ti. Pensar eso es vanidad”.

Y no es que me sienta poli, ni sheriff paralitico bíblico y meditabundo, pero si me gusta renovar de vez en cuando mi capacidad de creer. Pero hoy eso lo veo imposible. En el infierno también llueve y ese lluvia lodazal ya no la para nadie, con la gente hoy sacando sus cubetas para recolectar el agua que venga. Así sea pútrida y a punto de romper.

Creer es duro, no creer es peor. Pero en eso estamos todos en esta civilidad de violencia brutal y  ralentizada, de habernos planchados por intereses empresariales y monetarios donde queda claro que, la vida no es igual para todos.

En  eso de creer se te puede ir un dolor y molestia en el costado que el doctor califica de colitis y del que te dice que se puede superar solo si dejas los vicios, precisamente esos vicios que te han mantenido para seguir creyendo.

Pero aun sin vicios la molestia no cede y la certeza de que tu vanidad está condenada a ser tristeza tampoco.

Pero que hueva da el columnista que habla de sí mismo, como si le pagaran para estarse auto psicoanalizando, sobre todo si su mal dormir se torna catastrófico, apocalíptico y mortuorio. Al final mejor pensemos que todo es color esperanza y que ahora si vamos a salir de esta, en la que sea que estamos metidos.

Que no nos estamos hundiendo cada vez más y que los únicos perdidos son los muertos. Que el mesías macuxpano  por el que se votó dos veces para presidente es ahora un cínico cacique (o tal vez siempre lo fue) que habla de purificaciones mientras lanza a un defraudador como su gallo.

Que no estás hablando siempre de los mismos temas  como si estos fueran a cambiar en algo, que lo tuyo es puro azote y que tal como dijera Anita la Huerfanita, “mañana, siempre hay un mañana”.

Pero si de furia se trata, rescato la opinión del economista Edgar Agüero al enterarse de que los diputados locales oaxaqueños hicieron un exhorto al poder ejecutivo a que mejore las estrategias de un estado que se está llenando de sangre.

“Como si levantar el dedo o inundarse de leyes fuera la solución. Desigualdad= Pobreza = Ignorancia + Corrupción= Impunidad”.

“Impunidad de un sistema económico y político del que ellos forman parte esencial y al cual sirven como “perpetuadores” y perpetradores arrojan como resultado la inevitable descomposición social en escalada. (sic. y re-sic. ¿Alguna vez estuvo compuesta? ¿De qué se espantan  esta bola de hipócritas?”.

Y si de esperanza se trata cito el estado en el Facebook de un enorme pintor y artista plástico, que para cuestiones de seguridad dejo fuera su nombre, quien explicó así su momentánea desaparición de esta red social.

“Una mujer me hackeo el facebook, por lo que tuve que sacar otro, hackeo el correo electrónico que uso para trabajar, hackeo la cuenta de mi ex mujer, me hizo creer que mi ex había tenido un accidente muy fuerte, al hackear mi facebook escribió a quien se le dio la gana y muchos de ellos me bloquearon por lo que supuestamente yo les decía. Mando un mensaje  muy comprometedor al esposo de una amiga y ahora el me amenazó con una madriza y etcétera, etcétera, etcétera”.

El no tener todavía el Facebook hackeado y no estar amenazado de madrina segura por el esposo furioso de una mujer casada, es razón más que suficiente para que hoy se pueda sonreír.