Vigilar y prevenir el cáncer infantil, deber del sector Salud oaxaqueño

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Por Rodrigo Islas Brito

El presidente de la Comisión de Salud del Congreso, el legislador panista Javier Barroso, con el panorama que sobre el cáncer infantil diera su pasada fecha de día mundial contra su combate, celebrado el pasado 15 de febrero, presentó un punto de acuerdo al pleno legislativo para que la Secretaría de Salud y los Servicios de salud de Oaxaca implementen campaña permanentes de atención, vigilancia de crecimiento y desarrollo de los niños oaxaqueños, a efecto de prevenir cualquier tipo de cáncer infantil.

Barroso señaló en tribuna que, los niños hoy responden mejor a los tratamientos y tienen una taza mayor de sobrevivencia, recordando que el origen del cáncer es una célula maligna que crece sin control tanto en su sitio original como en otros órganos del cuerpo.

“Estas enfermedades que engloban el término de cáncer infantil tiene un pronóstico y un tratamiento diferente. En muchos países el cáncer es la mayor causa de muerte en niños mayores de un año. La incidencia anual para todos los tumores malignos es de doce a cuarenta y cinco por cada cien mil niños menores de quince años “.

Barroso dijo que, en México el promedio anual es de dos mil ciento cincuenta muertes por cáncer infantil en la última década, y que hoy existen en cinco mil y seis mil casos nuevos de cáncer en menores de 18 años, en el que destacan las leucemias con el 52 por ciento, linfomas con el diez por ciento y tumores en el sistema nervioso central con otro diez por ciento.

Además que la razón de incidencias de casos de cáncer, es de nueve casos por cada cien mil habitantes menores de 18 años, para una población no derecho habiente en la República Mexicana.

Siendo hoy el cáncer infantil una de las principales causas de muerte, para mexicanos entre cinco y catorce años de edad, Barroso reiteró que en los últimos años se han registrado avances en su tratamiento.

“Al punto que en no pocas especialidades los resultados terapéuticos observados en las últimas dos décadas pueden ser comparables con los de la oncología pediátrica. La demora en la revisión de un paciente, o la atención tardía o suspensión del tratamiento, significa la diferencia entre la vida y la muerte”

El panista dijo que esa demora puede producirse por parte de los padres en el reconocimiento de los síntomas, o de la respuesta de la enfermedad por parte del médico, el pediatra y los servicios de salud. Pero que al final el diagnostico oportuno no puede dejara de darse bajo ningún motivo.

“Ni una demora por parte de los servicios de salud. Es necesario reforzar capacidad y capacitación de personal que trabaja en los servicios de salud en el área de atención primaria para que sepan identificar los signos tempranos de la enfermedad”.

“La gran mayoría de los errores en el diagnostico se debe a una falta de historial clínico y de examen físico completo”, concluyó el diputado.