Por Excelsior
La equidad de género en los puestos de la administración pública ha crecido más en el discurso que en los hechos. En los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial los avances se han dado a cuentagotas. La paridad en los cargos de responsabilidad pública está todavía muy lejos de ser alcanzada en México, como indican los datos.
En el Legislativo y en partidos de izquierda hay avances, pero en los poderes Ejecutivo y Judicial, y en los órganos autónomos, la situación sigue igual, o hay retrocesos, y ya no digamos en las entidades.
Un informe de Nueva Alianza indica que sólo 7% de los cargos públicos son ocupados por mujeres, incluidos los ayuntamientos.
Con la salida de Mercedes Juan López de la Secretaría de Salud, sólo quedan tres mujeres (contra 16 secretarios de Estado) en el gabinete legal de Enrique Peña Nieto: Claudia Ruiz Massieu (SRE), Rosario Robles Berlanga (Sedatu) y Arely Gómez, titular de la PGR. Y en el gabinete ampliado sólo se agregan Nuvia Mayorga (CDI), Lorena Cruz (Inmujeres) y Laura Vargas (DIF). Seis mujeres contra 24 hombres: apenas 20 por ciento.
El Poder Judicial no está mejor. En la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dominan también los hombres: con nueve ministros, sólo hay dos ministras: Margarita Beatriz Luna Ramos y Norma Lucía Piña Hernández. Apenas 18.1% de presencia femenina.
A contracorriente, en el Legislativo, el género femenino ha ido arrebatando espacios, aunque todavía no se alcanza la paridad real. La Cámara de Diputados tiene un avance histórico de 42.4% de mujeres legisladoras, al lograr 212 curules federales, contra los 288 diputados varones.
Aunque el avance es más bien de dientes para afuera, pues los órganos de gobierno, la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política están dirigidos por hombres. Adicionalmente, de las ocho fuerzas políticas representadas en San Lázaro, sólo la diputada Norma Rocío Nahle García lidera una bancada, la de Morena. Al frente de los otros siete grupos parlamentarios están hombres.
En el Senado hay cifras parecidas. El porcentaje alcanza 37.5% de los escaños. Hay 48 senadoras por 80 senadores (contando a Carmen Dorantes, que rinde protesta hoy). Los órganos de gobierno también están presididos por hombres. Apenas y hay una vicepresidenta en la Mesa Directiva, la senadora Rosa Adriana Díaz Lizama. Y ninguno de los grupos parlamentarios está liderado por una mujer.
Claudia Pavlovich Arellano es la única mujer gobernadora, contra 31 hombres. Y hay 241 alcaldesas por dos mil 226 presidentes municipales. Si bien éstos no son puestos designados, sino votados, reflejan la realidad del país, pues los partidos postulan a pocas mujeres para puestos importantes. Por ejemplo, el PRI competirá el primer domingo de junio con nueve candidatos hombres y dos mujeres que aspiran a una gubernatura: Lorena Martínez por Aguascalientes y Blanca Alcalá por Puebla.
Las dirigencias de los partidos también son un mundo dominado por hombres. El liderazgo de los tres principales institutos políticos está a cargo de un hombre, mientras que en el CEN del PRI hay 20 hombres por nueve mujeres (31.03%), en el del PAN hay 17 hombres por siete mujeres (29.1%), y en el PRD hay 13 hombres por 12 mujeres (48%).
En el Instituto Nacional Electoral (INE) también hay ocho consejeros hombres por tres consejeras mujeres: Adriana Favela Herrera, Beatriz Eugenia Galindo y Pamela San Martín, un porcentaje de presencia femenina de 27.2 por ciento.
El Inai es un caso atípico, pues una mujer lo preside: Ximena Puente de la Mora, a la que se añaden dos comisionadas: Areli Cano Guadiana y María Patricia Kurczyn Villalobos, y cuatro comisionados.