Por El Universal
El ahorro es un apoyo en situaciones de emergencias o para planear la adquisición de un coche o una casa, pero también para heredar un patrimonio o solventar la vejez. Se dice que algunas personas son mejores que otras para ahorrar ¿qué tan cierto es?
Ahorrar es un ejercicio que implica reservar una parte de los ingresos para el futuro; puede ser realizado por personas, familias, empresas, gobiernos o naciones, explicó la doctora Isalia Nava Bolaños, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM.
En cuanto a personas, existen factores como la edad, la zona geográfica donde viven, la escolaridad, los ingresos y el género que facilitan el ahorro.
Después de estudiar familias mexicanas con jefatura masculina y femenina, la especialista logró perfilar y caracterizar el consumo y el ahorro de cada una.
Mientras las mujeres con una educación básica tienen sueldos más bajos en comparación con los hombres, gran parte de sus ingresos son usados para la alimentación y el cuidado de los hijos, los que les dificulta el poder ahorrar.
Además las horas dedicadas al hogar afectan su participación en los mercados laborales evitando que aumenten sus ingresos.
La situación cambia cuando la madre de familia tiene más estudios, bienes inmuebles o hay más integrantes que aportan dinero al hogar.
Por su parte, los hombres jefes de familia, tienen mayores ingresos y suelen dividir su dinero entre sus necesidades básicas, actividades de entretenimiento y pueden destinar un mayor monto para el ahorro.
Frenos al ahorro
Este ejercicio no se limita a cuentas de ahorro, certificados de depósito o fondos de retiro; las inversiones, como la compra de bienes inmuebles, son también formas de adquirir una reserva.
Y aunque todos lo pueden realizar, la manera y las condiciones dependen de los ingresos de cada familia, puntualizó la investigadora Nava Bolaños.
Algunas familias que solo tienen los ingresos necesarios para cubrir sus necesidades básicas, registran un menor índice de ahorro y usan sus reservas cuando presentan problemas de salud u otra emergencia.
Además, suelen recurrir a instrumentos como las tandas que no otorgan rendimientos, ni favorecen una verdadera acumulación progresiva, y al ser informales existen riesgos como el extravío o el robo de los recursos.