Ocho de marzo, fecha para combatir las rosas y los dobles discursos

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Por Rodrigo Islas Brito

“En lugar de felicitarnos, reconocernos y agradecernos, en este -nuestro día-, bien podrían ir haciendo algo por quitarse lo machirrines, bola de tarados”.

Se puede leer en el muro de una chica de unos 28 años, que muestra un gesto de que hoy ocho de marzo, Día Internacional de la Mujer, no está para andar recibiendo flores.

“Es importante este día, me parece que es mejor a que exista a que no este”, comenta Nayeli Melchor, integrante de una organización defensora de los derechos humanos, quien asegura que lo que no puede entender en este día es a los hombres que mandan felicitaciones por sus perfiles de red social, a sus amigas y mujeres integrantes de su familia.

“Esto no es un día para celebrar, hay que recordar los antecedentes que llevaron a la ONU a instaurar esta fecha”.

Nayeli habla del incendio de la fábrica de confección de camisas Triangle Waist, ocurrido el 25 de marzo de 1911. El desastre industrial más mortífero en la historia de la ciudad de Nueva York , donde el fuego causó la muerte de 123 trabajadoras de la confección  que murieron por quemaduras provocadas por el fuego, la inhalación de humo, y los derrumbes.

Estableciéndose que la mayoría de las víctimas eran jóvenes mujeres inmigrantes de Europa del Este e Italia de entre catorce y veintitrés años de edad, que trabajaban bajo condiciones insalubres y de franca explotación. Donde la víctima de más edad tenía 48 años y la más joven, 14.

Nayeli comenta que recientemente tuvo la oportunidad de acudir a una comunidad del interior del estado, cercana a la costa oaxaqueña, dónde se llevaron a cabo actividades entre las mujeres de la comunidad encaminadas a orientarlas sobre temas de equidad de género.

“En la comunidad hay incluso una regiduría especial sobre temas de equidad de género. Lo cual nos habla de que en las comunidades, el machismo es una limitante mucho mas inmediata y que se puede llegar a sentir incluso más fuerte que en las grandes ciudades”.

Nayeli comenta que durante las dinámicas celebradas con las mujeres de la comunidad, muchas de ellas empezaron a manifestar de una manera gradual o incluso inmediata, las problemáticas que les atañen en cuanto a su misma condición sexual.

“Muchas hablaron de que nunca les quieren pagar lo mismo que le pagan a un hombre por hacer el mismo trabajo. Incluso cuando ellas tienen que  hacerse cargo en muchas ocasiones de solventar la totalidad del gasto de la casa, porque su marido se desaparece, o porque su hija de catorce años queda embarazada”.

Melchor se refiere entonces al problema del embarazo adolescente el cual actualmente esta en una de sus etapas más desorbitadas en la vida publica del país, no se diga en el de las pequeñas comunidades.

“Ahí las mujeres llevan todas las de perder. Ya sea por una iglesia o un credo religioso que las condena a la excomunión por hacer uso de sus derechos sexuales y reproductivos. O  por autoridades que le recomiendan a una chica que ha sido violada que la mejor manera de salir del problema es casarse con su violador”.

La joven activista de 23 años considera que la parte más negativa de esta celebración, el Día Internacional de la Mujer, el cual según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se “refiere a las mujeres corrientes como artífices de la historia y hunde sus raíces en la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre”, es del colocar a las mujeres del mundo en calidad de grupos vulnerables.

“Y eso ya es ridículo, las mujeres somos mas de la mitad de la población del planeta”.

“Este es un día de reconocer logros, de hacer cuentas con el patriarcado, de seguir haciéndola de pedo, de rebeldía. Día de desobedecer, ¿rosas? por favor no sean absurdos”.

Aclara de una vez por todas, Anel Flores Cruz, articulista y  feminista, aclarando además que las mujeres no están para que se les diga hoy ni mañana cosas como que son el más grande regalo de Dios, o que detrás de cada hombre hay una gran mujer, o que las mujeres son las dueñas de nuestros corazones, o que son la flor que mantiene unida a la familia, o que son los luceros que todo lo pueden con valor y fuerza.

“Dobles discursos como esos, son los que definitivamente no se celebran este ocho de marzo”.