Por Rodrigo Islas Brito
“Leer es una manera de resistencia, no es un acto en solitario como tanto se afirma. Es uno de los actos compartidos más fundamentales, para que tu leas hubo alguien que escribió. Ese dialogo que te da un libro, llevado a un intercambio cara a cara con otras personas. Convierte al texto en otra cosa. Siembra ideas, posibilidades y hace que estas crezcan”.
Áurea Ceja Albanes conceptualiza así las razones del segundo aniversario del Círculo de lectura “Por nosotras mismas”, celebrado el fin de semana pasado con un conversatorio, una tertulia literaria con foro abierto y una campaña de once días para visibilizar a las mujeres que escriben, en redes sociales
“Entre mujeres te leas. La importancia de leernos”, fue el nombre del conversatorio moderado por Albanes, y que registró la intervención de otros colectivos lectores y promotores literarios como Xóchitl Ortiz de Luciérnaga Literaria, Argelia Rodríguez de Mujeres Juntas, Daniela García de Ñu Andaya e Ita Bico López de Mujeres Lilas.
“Leer a Marcela Lagarde hará que no vuelvas a decir eso de mujeres juntas ni difuntas”, es una de las frases que al estilo Gandhi librería se pudieron encontrar en redes sociales, surgidas desde una colectividad que engloba diferentes maneras de abordar la promoción a la lectura y la posición del ser mujer como una manera de enfrentar las limitantes de una sociedad reventada de violencia, siempre presta a hundirse en el oscurantismo.
“Hemos crecido un montón”, afirma en entrevista Aurea sobre el Círculo, explicando que el panorama mundial sobre mujeres escritoras resulta siempre inagotable y sorprendente.
“Aprender sobre que mujeres escriben, cuáles son sus textos. Crear alianzas y lazos fuertes entre nosotras y vivir un espacio solidario, sororal”
Ya sea compartiendo su experiencia con otros espacios. Tallereando, interviniendo en la radio, haciendo lecturas en voz alta, con estrategias hacia adentro y hacia afuera, “Por nosotras mismas”, registrar hoy trece integrantes, y algunas más itinerantes.
“Las que van y vienen, la que se tuvo que ir a trabajar fuera de Oaxaca, la que tuvo a su bebe”.
Para Ceja en el hecho de mujeres lean a otras mujeres se encuentran casi solo coincidencias.
“Son pocas hasta ahora las que nos han decepcionado. Es importante leer a las mujeres, porque el mundo se ha pensado desde los varones para los varones”
“Desde el ser mujer la idea es encontrar a otras mujeres, lo que dicen, lo que piensan. La experiencia de estos dos años sido súper gratificante y enriquecedora”.
La experiencia lectora en el Círculo le ha dejado claro a la entrevistada que una mujer no puede escribir desde otro lado que no sea una posición de género, “pues nos han formado a partir de estereotipos”.
“Es más fácil a partir de ese estereotipo conectarte con quien ha vivido lo mismo, porque hemos aprendido lo que no nos gusta de ese estereotipo y en consecuencia, hemos aprendido también transgredirlo”.
¿Se encuentran maneras de transgredir a través de la lectura?, se le pregunta a Aurea.
“Toda escritora ha sido transgresora, incluso en las más clásicas, del siglo 18 y 19, que escriben desde el deber ser, cuya máxima representante tal vez sea Jane Austin, se ven los malestares, las dificultades y las limitaciones impuestas al ser mujer”.
Marguerite Yourcenar, Clarice Lispector, Isabel Allende, Eva Luna, Ángeles Mastreta, Teresa Day, son ejemplos de mujeres escritoras y transgresoras en diferentes tiempos y momentos históricos del mundo, a las que el Circulo ha acudido en búsqueda de claridad.
¿Una mujer se convierte en transgresora solo con leer? , Aurea va rápidamente a la respuesta
“Si, una de las cosas que hacemos en el Circulo es compartir las cosas que nos gustan y también las que no nos gustan, con las que no estamos satisfechas ni estamos de acuerdo. En el espacio compartimos las estrategias que no han funcionado para no quedarnos con ese malestar, sino para transformarlo”.
“Muchas veces no estamos a gusto en una situación que a lo mejor no terminamos de entender. En la pareja, en tu familia. A veces nos sabemos darle nombre, y salimos con la clásica de que esta es la cruz que nos tocó cargar o que nosotras lo elegimos”.
“La transgresión es la que te permite salir de ello, donde tu propia sabiduría interior te dice, tienes que moverte, aunque la explicación racional venga después. Ser transgresora es estar liberada, libre o estar en el proceso para construir esa liberación”.
Dolerse de Cristina Rivera Garza es la lectura que según la entrevistada conecto a las integrantes de “Por nosotras mismas”, con el miedo real de estar en uno de los países más inseguros y violentos del mundo, y de vivir en uno de los estados más negligentes e ineptos en lo referente al índice de feminicidios registrados.
“Hay ya muchísimas mujeres desaparecidas y asesinadas por ser mujeres. El libro de Cristina nos conectó con un suelo que se mueve, con una falta de certeza en relación al futuro”.
“Al final la conclusión fue la necesidad de seguirnos articulando, reuniendo, de promover los lazos. Como para entender que chingados hacemos ante esta violencia”
Las conclusiones a las que llegaron en este conversatorio se publicaron en un manifiesto colectivo publicado en la revista en línea, “La que arde”, en el numero Autodefensa o fosa.
Lo cual hace pensar que a este Círculo de mujeres, que tiene para seguir circulando durante un buen rato, no habrá cuadratura que las pueda alcanzar.