Por Rodrigo Islas Brito
El Congreso Federal ha votado un dictamen que fortifica la facultad del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para bajo criterio de salvaguardar la seguridad nacional, emitir la suspensión de los derechos y garantías de un grupo de la población en caso de conflictos sociales.
Dicho dictamen fue ratificado por la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, quienes resucitando una iniciativa enviada por el Ejecutivo en el 2013, la volvieron legal con el voto a favor de nueve diputados y diputadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), dos del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), seis del Partido Acción Nacional (PAN) y cuatro del hasta hace unos años partido político representativo de la izquierda mexicana, el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Según versiones periodísticas de diversos medios digitales nacionales, en su primer día de regreso del puente vacacional de Semana Santa, la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados aprobó sin decir agua va el dictamen de la Ley Reglamentaria del Artículo 29 de la Constitución, en el que quedan suspendidos los derechos y garantías que fuesen un obstáculo para la intervención del Gobierno federal en algún conflicto social.
Una nota del portal de noticias, Sin Embargo da cuenta de que Rocío Nahle García, Diputada coordinadora del grupo parlamentario del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el único partido que no votó a favor del dictamen llamó “cheque en blanco” a lo aprobado por sus colegas legisladores, con vacíos legales que pueden violentar los derechos humanos.
La nota de Juan Luis García Hernández da cuenta que la diputada morenista consideró que el dictamen no especifica ni por cuanto y cierto tiempo la figura presidencial puede suspender las garantías individuales de sus gobernados.
¿Cuándo va a determinar el Presidente que hay condiciones? ¿Si hay una guerra?, ¿en una pandemia?, coloca las situaciones, pon las condiciones, no lo hicieron, lo dejan abierto”.
Nahle García consideró que el trasfondo de esta nueva escalada en la crisis de derechos humanos que ha estado arreciando brutalmente al país desde hace más de dos sexenios, y que se vino a intensificar en la psique y ánimo nacional e internacional con la desaparición hace casi dos años de 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, a manos del crimen organizado y cuerpos de seguridad del Estado, no es más que la de asegurar la instalación y presencia de empresas transnacionales y extranjeras, que vendrán a formar parte fundamental de la economía mexicana a partir de la apertura financiera abierta por las reformas estructurales de Peña Nieto que han venido siendo gradualmente aprobadas desde hace dos años por el Congreso Federal.
El mismo que salvó que el dictamen, sea rechazado por su propia Comisión de Derechos Humanos, discutirá y terminará de aprobar antes de que termine abril, una adecuación constitucional que según la diputada Nahle,“deja abierta la posibilidad de que tropas extranjeras se instalen en el país, si el Presidente lo consiente”.
Esta escalada legislativa hacia garantizar los tentáculos de la represión y posible terrorismo de Estado, viene precedida por francas, descaradas y algo desesperadas muestras de autoritarismo gubernamental como la conveniente denuncia de José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal contra el secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Emilio Álvarez Icaza, quien desde 2014 ha declarado una y otra vez que México atraviesa ya “por la peor crisis de derechos humanos de su historia”, acusándolo de un presunto fraude a las arcas públicas de dos millones de dólares.
Y el de Juan Méndez, relator de la ONU para casos de Tortura, quien desde el año pasado ha lanzado y sostenido el dictamen de que en México todos los cuerpos policiacos torturan y quien declaró que en este 2016 el gobierno mexicano lo negó la visita al país.
“Las y los diputados mexicanos han venido a concretar el escenario oscurantista pinochetista en que el la administración de Enrique Peña Nieto ha venido incurriendo desde hace dos años. Esto es un fuerte, muy fuerte retroceso para el contrato social de todos los mexicanos”.
Fue uno de los tantos comentarios que se han podido leer en las redes sociales desde que los medios de comunicación dieron a conocer la noticia. En todos en menor o mayor medida se percibe con licencias literarias o no, con un pesimismo ya fuere moderado, desbocado y hasta poético, el asombro, perplejidad, angustia, incertidumbre, indignación coraje y profunda preocupación sobre el futuro que ha dejado esta nueva (y cuasi inédita desde los tiempos de la dictadura pre y postrevolucionaria del México de Victoriano Huerta) hazaña legislativa.
A continuación se reproducen algunos de ellos y bajo el criterio de que la suspensión a las garantías individuales de los mexicanos es ya un dictamen a ser votado por el poder Legislativo, se omite el nombre de sus autores.
“Quiero pensar que dentro del gobierno federal hay una terrible confrontación interna por la crisis de derechos humanos que atraviesa este país. Quiero pensar que hay un bloque progresista que está a favor de que el gobierno sea observado y evaluado por organismos internacionales, y hay otro bloque que está cancelando toda posibilidad de ello”.
“¿De este tamaño ya están las cosas? Entonces México ahora si ya se acabó. Se lo acabaron no sólo quienes gobiernan y sus corruptelas, sino también nuestra desidia y cobardía. Les dejamos que arrasaran con todo, adentro y afuera de nosotros. ¿Qué estamos esperando? ¿A que pase qué? Eso ya pasó, hoy vivimos de espejismos, de ilusiones baratas que no van a concretarse porque nuestra realidad se sostiene con alfileres. La tristeza mexicana lo ha carcomido todo”.
“¿Qué sigue? ¿El Chile o la Argentina militar de los setentas?, ¿la Alemania nazi? , ¿O los tres pero en clave de narconovela?”.
“Lo bueno de este neofascismo de estado mexicano con fronteras abiertas, es que nos va a terminar de demostrar a nosotros mismos que a veces el camino al terror no se puede cancelar con un simple like”.
“Ahora si ya valimos madre, hasta las autoridades extranjeras nos vendrán a madrear”.