Por NotieSe
El movimiento obrero, el ambiental y el feminista pueden superar sus propias limitaciones y combatir otro tipo de preocupaciones sociales si trabajan juntos en la conformación de agendas comunes, explican activistas y expertas en movilización social durante una actividad del programa “Repensando el género” , organizado por el Centro Cultural de España en México (CCEMx) y organizaciones de la sociedad civil.
A raíz de esta reflexión, representantes de la Red NGA (Network for Glocal Activism), a través de la organización Punto G México, proponen la Teoría de los tres colores como un nuevo paradigma que permite modificar la manera de hacer activismo tanto en las comunidades de origen como a nivel internacional.
Pensado originalmente por Gaphee Koo, teórica feminista surcoreana, este modelo de pensamiento conjunta el rojo (el marxismo), el verde (la ecología) y el violeta (el feminismo) dentro de una metodología glocal (neologismo que se forma del cruce entre lo global y lo local).
“Necesitamos como movimiento de mujeres incluir la cuestión ambiental y de clase, así como estos movimientos deben integrar los problemas de las mujeres. Gracias a este paradigma podremos explorar nuevas problemáticas que antes no veíamos porque estábamos trabajando por separado”, dijo Gaphee Koo por videoconferencia.
La también directora de la Red Glocal de Activismo y la Escuela de Feminismo en Corea del Sur, expresó que el principal objetivo de esta teoría es romper, a través de una visión interseccional, con las categorías colonialistas que pretenden dividir al mundo entre el norte y el sur; el centro y la periferia; lo nacional y lo transnacional.
Gracias a esta perspectiva, los movimientos que luchan por los derechos de las trabajadoras domésticas, el reconocimiento de las identidades y las orientaciones sexuales, y el trato digno de las personas con discapacidad, pueden encontrar puntos de afinidad que les permitan combinar esfuerzos.
Por su parte, Alejandrina García Rojas, de la asociación civil Salud Integral para la Mujer (SIPAM), compartió su experiencia aplicando la Teoría de los tres colores en la atención de situaciones que conciernen tanto al fenómeno migrante como al de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, con la finalidad de crear políticas públicas con perspectiva de género.
“A veces el cambio de una persona o de una localidad puede tener cambios globales; ésa es nuestra apuesta: compartir los conocimientos de los movimientos feministas con otros movimientos sociales”, comentó.