Por Rodrigo Islas Brito
“Desde un principio te digo que esto no es nota y que la gente no tiene por qué saberlo”.
Elías tiene 25 años, unos cuantos de haber egresado de la Universidad y proyecta que para su oficio de Community Manager, las múltiples campañas políticas a sucederse por estos días en el estado de Oaxaca puedan traerle bastante trabajo.
“Cualquiera elección es un buen momento para lo que yo hago”. Comenta el joven cuyo verdadero nombre se reserva bajo condición de seguir con la entrevista.
Se le presenta una serie de capturas de pantalla de diversas cuentas de Twiter, dónde más de 20 usuarios de diversos nombres y edades de esa red social han posteado extrañamente al mismo tiempo y en el mismo segundo exactamente el mismo mensaje a favor del candidato priista a la gubernatura del estado, Alejandro Murat Hinojosa:
“Terminar las obras inconclusas de #Oaxaca, con@alejandro murat. Es tiempo de crecer juntos. Youtube.be/JO9d1s-R H5E”.
Se le pregunta al commmunity manager si estas cuentas pueden ser falsas, si pueden haber sido impuestas por una maquinaria partidista que busca inventar voluntades a su favor.
Elías dice que sí, que las cuentas pueden ser falsas o que en realidad pueden ser tan verdaderas como cualquiera. El joven adicto a la red social, a cualquier red social, asegura que lejos de conspiraciones e hilos negros la realidad es mucho más sencilla.
“Ya no existe la manipulación en las redes sociales, ni tampoco son prácticas ya esas cosas de pedirle a un contacto que te comparta o te retuité tus contenidos. Eso ha quedado atrás”.
Para este reportero, que de vez en cuando le pide a sus contactos cercanos que le reposten alguna nota en Facebook y para quien la comprensión de las tareas de un community manager no iban más allá de postear una buena rola, o de presentar en palabras elegantes el estado idílico del funcionario o figura pública en cuestión, el joven le está describiendo un camino que parece estar en chino.
Sara también es community manager, tiene 24 años, y tampoco quiere que su nombre real aparezca transcrito. Habla de Hoot Suite, la plataforma que se vende como “una aplicación web y móvil para gestionar redes sociales por parte de personas u organizaciones” y con la cual una sola persona puede trabajar a placer a través de los códigos de más de 35 redes sociales.
Explica que el community manager puede proveer de los contenidos que él quiera o que sus jefes les marquen a todos los perfiles y cuentas posibles, todo a un mismo tiempo.
“Las personas me dan su cuenta voluntariamente. Al momento de dármelas, ellos me están dando su consentimiento para utilizarlas, porque el sistema te marca que para agregar una cuenta tienes que agregar su contraseña”.
Sara aclara que ella no mira el contenido de las cuentas que utiliza ni le interesa.
“Vas a hacer el oso publicando esto”. Dice Elías al tiempo que la mesera del café donde se desarrolla la charla trae su te de menta. Comenta que este es un tema ya sabido por todos.
“Yo no lo sabía, ni muchos mayores de treinta tampoco lo saben”. Responde este reportero frente a dos fuentes que parecen estarse poniendo nerviosas sobre el tema que están hablando
“La gente no tiene por qué saberlo porque es básicamente una estrategia de campaña” acota Elías.
“¿Y eso lo hace correcto?” es la pregunta que se le formula.
“Si, es totalmente correcto porque si no lo fuera, entonces no te lo daría como opción un programa de administrador de cuentas. Es tecnología, es Social Media”.
Este reportero se siente viejo al reconocer internamente que si alguna vez había escuchado el termino Social Media, le pasó completamente de noche.
“A poco crees que si te dijeran, vas a ser community manager de la Pepsi, vas a estar abriendo la aplicación de Facebook y publicando en Facebook, y luego te regresas y abres la aplicación de Twiter y publicas en Twiter”
“No, todo lo haces a través de Hoot suite, que fue la primera aplicación que salió al mercado para gestionar redes, y que ahorita ya es como para posers. Ahora ya han ido saliendo aplicaciones mejores”.
“¿Son cuentas que publican la misma propaganda política, al mismo tiempo sobre el mismo individuo?”, les pregunta y remarca el reportero, como intentando terminar de comprender de qué diablos le están hablando.
“Pues sí, no puedes estar publicando a cada rato retuiteame, por favor retuiteame. Te tienes que ir a la segura, que tu contenido impacte, es marketing pues. Es usar la tecnología como se debe hacer”.
Esta última frase resulta lapidaria para el reportero treintón, quien se pregunta si estos dos chavos realmente no entienden que la manipulación mediática es manipulación mediática aquí y en China.
Cuando esta pregunta se les hace a los dos jóvenes, Sara apaga la grabadora y especifica que si la conversación va a seguir, el reportero va a tener que anotar lo que digan.
Elías habla entonces de haber presenciado muchas veces a funcionarios públicos o presidentes municipales de Oaxaca, obligando a sus empleados y miembros del cabildo, a postear contenidos o mensajes a entera conveniencia de sus jefes.
“Eso es humillante, por eso entramos nosotros”. Dice Sara. Se le comenta a la joven que aun así los empleados siguen siendo obligados a postear en sus redes sociales cosas con las que tal vez no estén verdaderamente convencidos.
“Pues sí, pero ellos ya ni siquiera tienen que molestarse en hacer nada”.
Elías explica que para un político o figura pública se sacan generalmente dos cuentas ya sea en Twiter o en Facebook, con la intención de que si una es hackeada, la siguiente pueda ser ocupada.
“Se les llama cuentas espejo” define el joven manager comentando que las redes sociales te dan la opción de sacar dos cuentas con el mismo nombre. “La cuenta espejo es generalmente la que lleva el guion bajo”
“¿Entonces también un community manager puede crear una serie de cuentas falsas para apoyar o denostar con likes o comentarios a cualquier tipo de causas sociales o individuales?
Mientras Sara pone gesto de mea culpa, Elías se encoge de hombros y responde:
“Claro, es parte del trabajo. Es marketing político, es hacer uso de las nuevas herramientas digitales”.
Horas después de la entrevista, este reportero en la búsqueda de encontrar una voz contemporánea ha acudido a un catedrático universitario, a quien le ha contado sobre su encuentro con los community manager, y que para colmo de paranoias tampoco quiere que aparezca su nombre real.
“Es muy simple, es el camino de evolución en las que están las redes sociales y nosotros como sus usuarios. Estamos muy cerca de dejar atrás ese etapa de inocencia donde creíamos que Facebook y Twiter eran nuestros amigos desinteresados, y que cualquier amenaza a nuestra privacidad la podíamos exorcizar colocando en nuestros muros un mensaje prohibiéndoles esto o prohibiéndoles lo otro”.
El maestro de materias teóricas y sociológicas, al que llamaremos Humberto, explica que este desfase y falta de conocimiento sobre las verdaderas reglas que rigen ya el mundo virtual, es también un asunto de quiebre generacional.
“La gente que maneja las redes sociales hoy en día son chavas y chavos menores de 30 que vienen con toda la actitud, que piensan que Wilkipedia es la historia y que ellos redescubrieron el disco vinyl, y para quienes los conceptos de manipulación y honestidad pueden llegar a ser mucho más dúctiles y siempre en expansión”.
Humberto da un ejemplo que le parece perfecto y sintomático: las películas clásicas.
“El nuevo Trainspotting que se está filmando no es para nosotros, treintones ya que con la primera película empezamos a ensoñar el cómo drogarnos sin morir en el intento. No, es para las nuevas generaciones, para los verdaderamente chavos”.
“Lo mismo fue con la nueva cinta de la saga de Star Wars, los treintones o más gritamos que nos estaban vendiendo potra vez la misma historia de la original , pero no , nosotros ya ni quiera estábamos en el cálculo”.
“Lo de hoy es adecuar todo a los condicionamientos de las nuevas generaciones. Porqué realmente como ellos lo ven es que nosotros estamos viviendo en su mundo, en el fondo piensan que somos peso muerto”.
Se le comenta a Humberto que tal vez está exagerando, pero este reportero no puede dejar de recordar las primeras palabras de Elías de las que iniciaron la conversación:
“Ya no existe la manipulación en las redes sociales”.
Antes, durante la entrevista se les ha preguntado a Sara y Elías si hay algún concepto de delito electoral, sobre el que estén conscientes que pueden caer por el momento.
“Las redes sociales no están reguladas y eso es parte de una encanto y un poder que así debe mantenerse”
Es Sara la que explica finalmente que ella es la que está al pendiente de lo que puede considerarse o no como un delito electoral y que está segura que hasta ahora no ha caído en él.
Comenta que para su trabajo se mantienen muy atenta a tomar cursos en línea a través de plataformas, y recuerda que hasta ahora por ejemplo nadie ha comentado que Facebook ha abierto en su totalidad los límites para las fan page y para vender cosas por internet, de un veinte por ciento que los mantuvo desde su fundación hace once años, a un cien por ciento el día de hoy.
“Ahora como community manager ya puedes hacer uso de Facebook”
Sara y Elías insisten es que estas son cosas que a nadie le interesa saber. Dicen que sería tanto como si un doctor le explicara a todo el mundo como o porque opera a la gente.
Este reportero traga saliva, y frente a la juventud exuberante de sus dos entrevistados, espera internamente en un futuro, a su más de 36 años, seguir entendiendo las diferencias ente un doctor y las redes sociales.