Por Alfredo Martínez de Aguilar
La soberbia siempre será mala consejera. Tiene una alta carga de estupidez. Es el principal pecado capital al atentar contra la divinidad del ser humano representada por la inteligencia.
El propio gobernador Gabino Cué es responsable de la ineptitud y corrupción de su ‘círculo rojo’ al protegerles, pero éstos han abusado perversamente de su amistad y confianza.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros, el 17 de noviembre de 2014, adelantamos que el gobernador Gabino Cué iniciaría su 5º. año con crisis en el Congreso del Estado.
Partíamos en el análisis de nuestra entrega de la notoria ausencia de los diputados de la bancadas del PRI, PVEM y PSD en el Cuarto Informe del Jefe del Ejecutivo Estatal.
Pero el grupo parlamentario del PRI, no sólo no avaló con su ausencia el estado que guardaba la administración del estado, sino que los aliados del Ejecutivo provocaron una innecesaria crisis.
Esa crisis constitucional obligó a los diputados del PRI a poner contra la pared a Gabino Cué, de manera genialmente perversa, al no aprobar diversas leyes que le interesaban sobremanera.
Esa parálisis legislativa llevó a estirar la liga al máximo, sin romperla, al dar el clásico ‘sabadazo’ en la aprobación de la Ley Educativa del Estado sin tomar en cuenta el PTEO.
La aprobación ‘fast track’ cuarto para las doce, en lo ‘oscurito’, es considerada traición por los maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
El gobernador Gabino Cué Monteagudo, nos traicionó, nos vendió, nos falló, dijo indignado el dirigente estatal de la CNTE, tras la aprobación de la ley educativa para el estado de Oaxaca.
Núñez Ginez, recriminó la traición del mandatario oaxaqueño, “nos falló”, jamás nos dieron la oportunidad de dialogar. No es posible que no se hayan acogido los foros que se hicieron.
Ante la traición seguiremos accionando, “nos dieron un albazo, estamos en alerta máxima y en breve fijaremos nuestros acuerdos, el llamado fraterno a la Sección 22”, dijo a la media noche.
Desechar la propuesta hecha por la Sección XXII de la CNTE y avalada por el gobernador Gabino Cué, tiene hoy graves consecuencias político-electorales para la coalición de Gabino.
La aprobación de la Ley Educativa, cinco días antes del término fatal impuesto por la Corte, traerá consigo el voto de castigo de los trabajadotes de la educación contra el PAN-PRD.
A querer o no, guste o no, los miles de votos de castigo a favor de los candidatos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) terminarán beneficiando a Alejandro Murat.
Tampoco es nada descartable que, incluso, liberados del terrorismo estaliniano de la CNTE-EPR, por el rescate de la rectoría educativa, miles de trabajadores de la educación voten por el PRI.
Así que desde ya podemos adelantar que los permanentes errores de los amigos y colaboradores más cercanos del gobernador Gabino Cué traerán consigo la derrota de la coalición PAN-PRD.
El 17 de noviembre de 2014 dijimos que ‘cilindreados’ los legisladores del PAN, PRD, PT, MC, PANAL y PUP, acordaron por mayoría destituir a los legisladores del PRI de la mesa directiva del Congreso del Estado.
En una sesión extraordinaria destituyeron a los diputados priistas María Luisa Matus y Adolfo García Morales como vicepresidenta y tercer secretario de la mesa directiva, respectivamente.
En su lugar, nombraron ilegalmente a Jefte Méndez Hernández, del Partido Nueva Alianza (PANAL) y a Alejandra García Morlán, del Partido Acción Nacional (PAN), respectivamente.
El revire de los diputados aliados del gobierno de la alternancia, ordenado por el poder detrás del trono, generaría muchos conflictos innecesarios a su jefe y amigo con el Congreso.
El ministro plenipotenciario pasó por alto que con el IV Informe de Gobierno entró en plena picada y declive la actual administración pública estatal, cuyo balance de resultados es negativo.
Había varios asuntos pendientes en la agenda legislativa sumamente importantes que el poder detrás del trono pasó por alto: armonizar la Reforma Educativa y la Reforma Político-Electoral.
La primera no pasaría al buscar imponer el Plan para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) como Ley Estatal de Educación, como lo exige la Sección 22 de la CNTE.
Las dos reformas constitucionales convertidas ya en leyes en México requieren de la aprobación de la mayoría calificada que sin el PRI jamás obtendrá la 62 Legislatura del Congreso local.
Asimismo, el vicegobernador pasó por alto que estaba pendiente la aprobación de la Ley de Ingresos y Egresos 2015 que, obligada y necesariamente, requería de los votos de la bancada del PRI.
Y por si lo anterior fueran asuntos menores para el ensoberbecido poder detrás del trono, que de ninguna manera lo son, todavía estaba pendiente la aprobación de la Cuenta Pública.
Ante las fundadas denuncias sobre la escandalosa corrupción fomentada por el propio vicegobernador, el análisis y discusión de la Cuenta Pública metería en graves problemas al gobierno.
Tan era así que había ya insistentes señalamientos que el grupo parlamentario del PRI provocó la parálisis legislativa y que por los caprichos del vicegobernador sería más evidente, pública y notoria.
Advertimos que esa situación era sumamente grave porque, a querer o no, obligaría a intervenir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para ordenar la armonización de las reformas constitucionales, lo que al final ocurrió.
