Las reformas enviadas por el titular del ejecutivo al Senado para la legalización del uso de la mariguana con fines medicinales y para despenalizar el consumo respectivo, constituyen un parteaguas de trascendencia histórica en nuestro país que parece que va rápidamente hacia la liberalización de la producción de la Cannabis. Ya era tiempo que nuestro gobierno abriera los ojos ante una realidad evidente: el fracaso de la política antidrogas.