Por Rodrigo Islas Brito
Después del asesinato suscitado el día de ayer en Taxco, Guerrero de Francisco Pacheco Beltrán, fundador del semanario El Foro de Taxco, quien mantenía una postura crítica en un municipio que según autoridades federales estaba (o está) bajo el terror de un poderoso cartel del narcotráfico, resulta primordial en Oaxaca que el Congreso Estatal rescate del olvido parlamentario el Punto de Acuerdo presentado por la legisladora priista Martha Alicia Escamilla León, en el que se exhortaba al Ejecutivo Estatal a implementar protocolos provisionales de prevención y de seguridad para periodistas en situaciones de riesgo.
La propuesta fue presentada en febrero de este año y hoy es día en que no se ha sabido más de ella, si fue regresada a comisiones, si ahí fue discutida, si quedo pendiente en algún lado o algún lugar.
“Es necesario establecer mecanismos legales para su protección”, comentaría Escamilla sobre los periodistas oaxaqueños, exponiendo que a pesar de que existen ya propuestas de Ley para protección de periodistas, era y es responsabilidad de las y los diputados avanzar en el análisis y resolución del tema
“Solicito a mis compañeros integrantes de las comisiones dictaminadoras a agilizar el análisis y emisión del dictamen correspondiente para ponerlo a consideración de esta soberanía” aseveró hace dos meses la representante popular ante el Pleno Cameral, sin que hasta el momento se haya agilizado nada.
Escamilla León, aseguró entonces que de acuerdo a datos de la organización no gubernamental “Artículo 19”, Oaxaca ocupa a nivel nacional el cuarto lugar en cuanto a asesinatos de periodistas.
Manifestando que las situaciones sociales y políticas en nuestra entidad son campo propicio para colocar condiciones de vulnerabilidad a los periodistas que por motivos del ejercicio de su trabajo ponen en riesgo su integridad física en aras de informar a la sociedad.
“Hoy la orden es madréenlos para que se callen y así entiendan los demás lo que puede pasar si siguen con sus chingaderas de denunciar la corrupción y los agravios a la sociedad”.
Comentaría también en febrero y en un acto para protestar por el asesinato de la periodista veracruzana Anabel Flores, el corresponsal de Proceso en Oaxaca, Pedro Matías Arrazola.
El protocolo de protección a periodistas oaxaqueños, tiene un punto de acuerdo dispuesto en el artículo 59 fracción LI de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca, que a su vez fue turnado a la Comisión Permanente de Protección Ciudadana.
Francisco Pacheco Beltrán fue descrito por sus colegas guerrerenses como el “único periodista crítico del gobierno municipal de Taxco”. Algunos títulos de sus últimas notas son: “Indignación ciudadana en Taxco”; “Denuncia regidora abusos de reglamentos”; “Violencia imparable en Taxco, otro ejecutado”; “Falla Omar Jalil (el alcalde) a Taxqueños”, “Mencionan a Taxco en narcomantas dejadas en Iguala”; “Saldo rojo en Taxco, 5 ejecutados en la primer quincena de Marzo”; “Retiran Policía Federal de Taxco”, “Sigue violencia en Taxco”; “Taxco ‘Pueblo Mágico’ sucio”; “Empresarios en el poder hunden a Taxco”; “Miente Omar Jalil a Taxqueños”.
Hoy está muerto, al igual que otras decenas de periodistas asesinados en los últimos años en el país, y a un estado de distancia, en Oaxaca, el congreso local está de vacaciones, regresando en unas semanas para abandonar finalmente sus funciones en septiembre, sin que en términos reales el Protocolo de protección para periodistas en situación de riesgo, tenga muchas posibilidades de ser finalmente votado, o mínimo discutido.