Plantón extendido y en alerta

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Por Rodrigo Islas Brito

Hidalgo, Armenta y López, Guerrero, Colón  y Bustamante son las calles del Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, a las cuales el resucitado plantón magisterial ubicado en el Zócalo y la Alameda de León, ha terminado por extenderse.

“La circulación vehicular se va a poner muy complicada” comenta un oficinista con portafolio que mira como un grupo de seis casas de campaña de maestros de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), bloquean en solitario el paso de vehículos en la calle de Colón.

Recuerda además que a esto se suman los locatarios del mercado 20 de noviembre, cuyo negocios han sido sacados a las calles en lo que remodelan su sede, abarcando hasta cuatro o cinco calles cercanas al zócalo de la ciudad.

“Esto va a ser un caos” resume el burócrata, mientras a unas cuadras maestras y maestros hablan entre ellos de que esta puede ser la última carta que se está juzgando el gremio magisterial oaxaqueño.

“La SEP y el Gobierno Federal nos creyó vencidos, descontándonos los días que se les daba la gana, amenazándonos todo el tiempo con descontarnos más, con corrernos”

Dice un profesor mientras señala un pequeño letrero existente entre cuerdas  y lonas en las calle de Armenta y López que hace alusión a que “hay quienes quieren a un magisterio sumiso, arrinconado, incapaz de levantar la voz; pero un pueblo que tenga maestros de esa categoría tendrá que ser un pueblo de esclavos”.

El Maestro habla de que hoy, después de más de veinte años de militancia magisterial, es la primera vez que siente que este plantón “es lo que hay que hacer porque no hay de otra”

“Tan la cacareada Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto es una reforma laboral, que hoy el propósito es quebrar el sindicato para terminar de alinearnos a todos, con sueldos cada vez más miserables, con contratos laborales donde nos puedan correr cuando ellos quieran, a la hora que se les pegue la gana, mirando la luz por donde ellos quieran que la veamos”.

Se le cuestiona al maestro si el propio sindicato magisterial oaxaqueño no pecó también de un exceso de corrupción y un sometimiento canalla de la ciudadanía con sus métodos de presión al entonces dócil gobierno de Gabino Cué, que conoció su punto más álgido cuando un grupo de maestros cerró un planta de PEMEX y dejó a Oaxaca Capital sin combustible durante más de una semana.

El Maestro no está de acuerdo con el término “canalla”, pero de lo demás acepta que hubo errores. “Claro que la sección 22 se equivocó, a eso súmale que fue la avaricia de la dirigencia sindical la que nos terminó abriendo de capa como movimiento”.

El entrevistado dice que por lo pronto él ya no quiere vivir en el pasado. “Ya no se puede, ¿que si tuvimos muchos errores como movimiento?, por supuesto, si no, no estaríamos aquí, con la bota del gobierno federal sobre nuestra espalda”.

Justo en ese momento, a través de unos chats de whatsapp, se hace pública la noticia de que el director del Instituto de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) Moisés Robles, se ha pronunciado ya respecto al pliego petitorio de nueve puntos presentado por el movimiento y su anuncio de un paro laboral indefinido.

“Mientras no regresen a clases no habrá dialogo con el magisterio”, ha declarado el funcionario, mientras que de las oficinas de gobierno se habla de que no se descarta el uso de la fuerza pública para con el plantón.

¿No hay temor ante un posible desalojo violento por parte de la fuerza estatal y federal?, se le pregunta al profesor, quien de plano después de esta respuesta puntualiza que ni su nombre ni descripción física podrán ser utilizados para esta nota.

“Que lo hagan y a ver cómo nos va, no te voy a decir que no tengo miedo de que eso suceda. La cárcel es un lugar que no le gusta a nadie, muchos de nuestros compañeros aquí y en otros estados, ya están ahí, en cárceles de alta seguridad”.

“Presos, encerrados, a la altura de un narcotraficante o de un sicario. Pero pues así está el país. Yo a lo que le tengo miedo es a vivir en el mundo en el que Aurelio Nuño (Secretario de Educación Pública) nos quiere encerrar. A eso le tengo más miedo que a la cárcel, que a un toletazo o un gas lacrimógeno”.

Mientras, en las redes sociales surgen comentarios de que el magisterio oaxaqueño seguramente ya está negociando su aumento de sueldo, aprovechando que dentro de veinte días serán las elecciones y que ni el gobierno federal ni estatal se van a querer exponer a un posible estallido que resulte imposible de controlar después.

Tal vez no se han enterado de las declaraciones de cero negociaciones de Moisés Robles, ni a los posicionamientos que el gobierno empieza ya a manejar en cuanto a un posible uso de la fuerza pública.

Por lo pronto los amarres de las cuerdas que sostienen las lonas y las tiendas de campaña de la calle de Armenta y López están a una altura tan baja, que fácil se te pueden marcar en el cogote mientras caminas, si no te pones abusado.

“En algún momento esas cuerdas se subirán más, de manera correcta, apenas nos estamos acomodando”.

Comenta el maestro entrevistado, mientras, al menos en este momento, el futuro se visualiza en el transcurrir de los minutos y las  horas que faltan para que el concierto de aspas de un helicóptero militar,  haga su acostumbrado sobre vuelo vespertino sobre el centro de la ciudad y sobre las y los maestros oaxaqueños.