Mozalbete quinceañero se adjudica ataque de gas en Macroplaza

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Por Rodrigo Islas Brito

Un chico de no más de 15 años se adjudicó en redes sociales la autoría del ataque con bomba de gas pimienta que fue soltado la tarde de ayer jueves en los cinemas Cinemex ubicados en la Macroplaza situada en inmediaciones del municipio de Santa Lucía del Camino, a una cuadra del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).

La cual derivó en decenas de personas evacuadas de las once salas del complejo cinematográfico, además de transeúntes y clientes, mujeres y hombres, de la plaza de diversas edades atendidas por los servicios de emergencia por intoxicación y ataques de pánico.

“Hubieran visto sus rostros al ver el gas rodeando la sala, como si fuera una cámara de gas sin salida, es una sensación placentera”.

“Fue un impulso emocional, nunca quise lastimar a nadie, el lacrimógeno es irracional a un sentimiento placentero”

Son los dos mensajes a manera de confesión que un usuario de Facebook con el nombre de Neftaly Hre publicó en un grupo de Facebook llamado, “Ya estoy harto de los bloqueos”, que como su nombre lo apunta, posee un marcado cariz anti magisterial

Con la personalidad y los dichos de este supuesto chavo bomba (cuya foto de red social muestra el rostro juvenil de un menor de edad de no más de 16 años) a ser verificadas e investigadas por las autoridades correspondientes, hay comentarios que hablan de entender el supuesto proceder del confeso atacante.

Asegurando que se entiende dentro de la presión social a las que las movilizaciones magisteriales han sometido últimamente y a lo largo de los años a la ciudad de Oaxaca, sus periferias y sus habitantes.

Mientras que otros comentarios que suena más a cordura, comentan que una cosa no tiene que ver con la otra, y que la existencia y proceder de chicos como el confeso supuesto atacante, que hablan de soltar un gas en un lugar público y sentarse a contemplar sus efectos como en la Alemania nazi, tiene mucho que ver con la dieta de programación tipo La rosa de Guadalupe a la que los han sometido sus padres y la propia oferta televisiva del México peñanietista.