Rodrigo Islas Brito.
“Retirar de los espacios públicos de nuestra Ciudad, todas y cada una de las esculturas de Fernando Andriacci, que durante los últimos años, se han colocado sin proyecto que se haya publicado o que sustente tal actividad y tampoco bajo ninguna consideración ciudadana.”
Es la frase que encabeza la petición que tres ciudadanos oaxaqueños y vecinos de la Ciudad de Oaxaca, Alelí Hernández, Mó Iturribarría y Luis Hampshire (actual director del Museo de Pintores Oaxaqueños) presentaron ante el Municipio de Oaxaca de Juárez, para que las esculturas de Andriacci se retiren de calles, avenidas y parques de la ciudad de Oaxaca.
De inmediato, en un comunicado expedito el municipio respondió que “el uso de la vía pública para la instalación de exposiciones e intervenciones artísticas es una facultad exclusiva de la autoridad municipal, que se conduce a través de una comisión plural de regidores, en la cual no participa el edil capitalino”.
Esto ante la solicitud de los tres solicitantes, quienes se define como “artistas, gestores y profesionales del arte” para que el municipio al mando del edil Javier Villacaña Jiménez, muestre y esclarezca de forma pública, qué instancias y bajo qué criterios decidieron o gestionaron exhibir las esculturas “andriaccianas” en la ciudad, cuánto dinero se usó y de dónde provienen los recursos.
Sobre esta última parte el municipio de Oaxaca de Juárez respondió lo que el mismo Andriacci ha venido sosteniendo prácticamente desde el año pasado, que el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez no ha erogado un solo peso en ninguno de los levantamientos de las obras “andriaccianas” que se han hecho en la ciudad, cuestión sobre la que el escultor ha afirmado y una y otra vez que los gatos de traslado y colocación de su obra salen directamente de su bolsillo.
“Dicha autorización se basa en el cumplimiento a una serie de requisitos marcados por las ordenanzas municipales, entre ellas, la cobertura de los costos para la colocación, mantenimiento y retiro de las obras artísticas”, sostiene el municipio.
Al respecto cabe recordar lo que Verónica Arredondo, directora de Centro Histórico y Patrimonio Edificado, dirección adscrita a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, dependiente del municipio de Oaxaca de Juárez, comentó el 26 de febrero de año pasado, en una nota recogida por este mismo reportero, con motivo de la polémica que entre Andriacci y el pintor Francisco Toledo se suscitó por el uso artístico del espacio público y otros temas.
La funcionaria, aun en funciones dijo entonces que a raíz de la protesta tolediana, se había suscitado “un esfuerzo de colaboración entre la dirección a su cargo, el INAH – Oaxaca, y la secretaria de Turismo para generar la conformación de un comité ciudadano que evalué y vigile las expresiones de arte urbano en la vía pública de la ciudad de Oaxaca”.
Textualmente Franco argumentó que “posiblemente sea el secretario de turismo (José Zorrilla, hoy fuera del cargo) y algunas personalidades del medio artístico de Oaxaca” los que podrían conformar dicho comité evaluador.
Comité del que hoy, un año cuatro meses después no se tiene aún ninguna noticia de que se encuentre por lo menos en etapa de planeación, y cuya posible función de regular el arte en espacio público hoy el municipio se lo atribuye a “una comisión plural de regidores”.
Sobre este punto, Hampshire, Iturribarria y Hernández en su escrito exigen que se instale un consejo regulador de arte y cultura, profesional, que proponga y desarrolle proyectos para los espacios públicos de la ciudad, en donde se promueva el trabajo no sólo de artistas oaxaqueños, sino de toda índole.
“Proyectos incluyentes y no que favorezcan a uno solo creador, ni que obedezcan al escrutinio y gustos personales de cualquier autoridad en turno”.
A este respecto y frente a algunas versiones que señalan una posible cercana amistad de Andriacci con algún miembro del gobierno municipal, el municipio responde que “lamenta que la apertura del municipio para que los espacios públicos sean ocupados por artistas oaxaqueños sea motivo de disputas o de malos entendidos”.
Asegura que “no hay exclusividad para artista alguno, como lo muestra la variedad en las exposiciones presentadas tanto en el Centro Histórico como en otras sedes de la ciudad, entre las que destacan “Aves sin Paraíso”, “Mascaras Shamanicas, Expresiones del Alma”, además de diversas muestras fotográficas para disfrute de los ciudadanos y el turismo nacional y extranjero”.
El municipio al mando de Villacaña declara que “las exposiciones o intervenciones artísticas que no han contado con el permiso correspondiente, han sido retiradas conforme a lo que indican las ordenanzas municipales, respetando siempre los derechos ciudadanos y la conservación de la ciudad”.
Esto en clara referencia a la escultura de un Cristo Rojo del mencionado artista, colocada en pleno fin de semana de elecciones en la explanada de Santo Domingo, que suscitó un encono de comentarios en redes sociales que creció hasta el punto en el que la escultura fue retirada menos de un día después de haber sido colocada, bajo el argumento de no tener permiso oficial para estar ahí.
Al respecto el municipio no aclara en su comunicado si entonces la escultura de latón sin permiso fue colocada frente al templo por el mismo Andriacci, o por otra persona o entidad, sobre los cuales en teoría correspondería una multa o sanción administrativa, por saltarse los estatutos y reglamentos municipales.
Finalmente el municipio invita a los tres inconformes mencionados, solicitud previa de audiencia, con el presidente municipal Javier Villacaña, quien aseguran ha externado “un compromiso de generar acciones que beneficien a Oaxaca, pues coincide con la determinación de fomentar la vocación cultural de la capital oaxaqueña”.
Por su lado la petición Hernández, Iturribarría y Hampshire , para retirar a Andriacci del espacio público, subida a la ya emblemática página Change.org, lleva ya 686 firmas registradas.
