Un sangriento “error” de la Gendarmería en desalojo de la CNTE

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Proceso.

La creación policial del presidente Enrique Peña Nieto, la División de Gendarmería, está en el centro de las investigaciones por los disparos de la Policía Federal (PF) en el enfrentamiento con civiles el pasado domingo 19 en Nochixtlán, Oaxaca.

En el frustrado operativo para desalojar la carretera Oaxaca- Cuacnopalan, a la altura del municipio Asunción de Nochixtlán, en la Mixteca, participaron tres divisiones de la PF: la de Seguridad Regional, Fuerzas Federales y Gendarmería.

Policías federales que participaron en esa acción aseguran que fueron efectivos de la Gendarmería quienes dispararon sus armas de cargo cuando escucharon detonaciones provenientes de la multitud que llegó a apoyar a los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que tenían tomada la carretera.“Fue un error táctico” de la Gendarmería responder de esa manera, consideran efectivos de la corporación que hablaron con Proceso a condición de no publicar sus nombres. Esa división está a cargo del comisario Manelich Castilla Craviotto, cercano al presidente Peña Nieto, quien lo restituyó como mando en la corporación.

Enrique Galindo Ceballos, comisionado general de la PF, explica a este semanario que en el operativo participaron esas tres divisiones. La mayoría pertenecían a Fuerzas Federales y a la Gendarmería, y los demás a Seguridad Regional, quienes fueron “los que inician el protocolo de diálogo en el desalojo”. Éstos son quienes están permanentemente destacados en el estado y su cuartel fue destruido el domingo 19, después del motín.

Las Fuerzas Federales y la Gendarmería participaron en el operativo de desalojo con cerca de 400 efectivos, que llegaron en distintos momentos al estado, según la explicación del comisionado. De acuerdo con el reglamento de la Ley de la Policía Federal, ambas divisiones tienen facultades para restablecer el orden.