Nadie lo dice, es un secreto a voces. El silencio cómplice de las instituciones, medios y de los actores políticos siguen pudriendo un sistema electoral tan noble.
Los sistemas normativos o mejor conocidos como Usos y Costumbres están contaminados. Uno que otro diputado electo ya se reparte los administradores municipales; las constructoras ya proyectan las obras fantasmas de los próximos años… en otras palabras, todo mundo se prepara para el saqueo.