Hillary Clinton, la candidata mejor calificada en la historia: Obama

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La Jornada.

Ciudad de México. El presidente Barack Obama declaró esta noche que Hillary Clinton es la candidata más calificada en la historia para relevarlo en la Casa Blanca.

Al presentarla como la sucesora que consolidará su legado, Obama fue el orador que culminó una noche en la cual lo más alto de la cúpula demócrata elogió a uno de los suyos al tratar de convencer a un electorado que en su mayoría tiene una visión desfavorable de ella, de que Clinton es el futuro de este país.

Obama subrayó la experiencia de Clinton afirmando que ha participado en la toma de las decisiones más importantes del país en varias capacidades, y por ello puedo decir con confianza que nunca ha habido un hombre o una mujer más calificada que Hillary Clinton para servir como presidente de Estados Unidos de América.

Afirmó: estoy aún más optimista respecto del futuro de Estados Unidos, en marcado contraste con el mensaje profundamente pesimista de la convención republicana, donde se buscó la división, y en lugar de ofrecer soluciones sólo se alimentaron el resentimiento, la culpa, la ira y el odio. Obama insistió en que “el Estados Unidos que conozco está lleno de valentía, optimismo e ingenio… es decente y generoso”.

Denunció que Donald Trump sólo ofrece consignas y temor. Apuesta a que si asusta a suficientes personas, él podría obtener suficientes votos para ganar esta elección. Pero esta será otra apuesta que Donald Trump perderá, ya que el pueblo estadunidense es más que eso, y no busca un proclamado salvador.

Ofreció una lista de lo que logramos juntos: la recuperación económica, la reforma del sistema de salud, la justicia llevada a Osama bin Laden, la apertura de un nuevo capítulo con el pueblo de Cuba, el acuerdo internacional sobre el cambio climático, entre otros. Para continuar con todo este trabajo, subrayó, “sólo hay una candidata en esta contienda que cree en este futuro, ha dedicado su vida a eso… la próxima presidenta de Estados Unidos: Hillary Clinton”.

Afirmó que ese futuro incluye una reforma migratoria que no ve a inmigrantes como “criminales, sino que son iguales que nuestros antecesores y su sueño es esencialmente estadunidense, y el sueño americano es algo que ningún muro podrá contener”.

Y concluyó que esto requiere de la participación de todos, usando el mismo lema de su primera elección: Sí se puede. Agregó: no le tenemos miedo al futuro; le damos forma, lo abrazamos, como un pueblo más fuerte, que sabe que es mejor juntos que cada quien solo. Eso es lo que entiende Hillary Clinton, Por lo tanto, dijo, “estoy listo para pasar la batuta… y les pido que, conmigo, rechacemos el cinismo, el temor, y sacar lo mejor de nosotros; elegir a Hillary Clinton”.

Al final apareció Clinton por primera vez en esta convención para abrazar a Obama y juntos fueron ovacionados por sus fieles.

Esta noche también Tim Kaine fue nominado formalmente candidato a vicepresidente. Al aceptar, Kaine salpicó su discurso con frases en español –explicó que lo aprendió durante un año como voluntario con misioneros jesuitas en Honduras–, contó un poco de su vida personal, su carrera de político, su admiración por Clinton y su repudio a las políticas de Trump. “Aprendí los valores del pueblo: fe, familia y trabajo. Los mismos valores de la comunidad latina aquí en nuestro país. Somos Americanos todos”, declaró en español.

Afirmó que Clinton y él son compañeros del alma; compartimos el compromiso de hacer todo el bien que se pueda, servir al otro.

Denunció las propuestas antimigrantes de Trump, incluida la construcción de un muro, y una y otra vez cuestionó su capacidad, sus cualidades y su credibilidad.

Ante ello, elogió a Clinton como la única a la que se le puede confiar el puesto, y agregó en español que ella está lista.

Un poco antes habló un coro de la cúpula del partido, incluidos el vicepresidente Joe Biden, el ex secretario de Defensa Leon Panetta, el líder de la minoría demócrata del Senado Harry Reid, entre otros legisladores prominentes que cantaron las virtudes de Clinton y denunciaron las posturas y el carácter de su contrincante republicano.

Michael Bloomberg, ex alcalde republicano (pero ahora identificado como independiente) y el hombre más rico de Nueva York, subió al podio para respaldar a Clinton; afirmó: tenemos que unirnos alrededor de la candidata que puede derrotar a un demagogo peligroso. Aunque fue una movida inteligente en términos de mostrar qué tan alarmante es Trump para miembros de su propio partido, a la vez no necesariamente ayudó en esta coyuntura, donde la concentración de riqueza es un tema clave en la elección, que uno de los representantes más reconocidos del 1 por ciento bendiga a esta candidata, cuyos nexos con Wall Street son uno de sus flancos más vulnerables.

Pero también había voces del mosaico demócrata: legisladores, ex militares y dirigentes sociales. El reverendo Jesse Jackson declaró: tenemos que tumbar los muros y construir puentes de esperanza y unidad. Ese fue, de alguna manera, el mensaje que se repitió entre una diversidad de oradores.

Mientras, esto no deja de ser un espectáculo manejado de manera muy cuidadosa. Se comprueba con el enfoque de medios y comentaristas sobre el estilo y forma de presentación de cada orador, literalmente sobre su performance. Que si Bill Clinton logró entusiasmar a los fieles, si Obama lograría una actuación tan efectiva como se esperaba. A veces es como si los analistas y periodistas fueran críticos de teatro.

Hablando de performance, continuaron arrojando su peculiar luz las estrellas del mundo de espectáculos en esta arena, tanto en el escenario como entre el público.

Pero más allá del performance, esta congregación de bases y funcionarios que provienen de sectores tan diversos –sindicalistas, feministas, gays, afroestadunidenses, latinos asiáticos, ambientalistas, inmigrantes y más– sigue como un contraste fundamental con los republicanos. Y hoy, como ejemplo de ello, fue la noche en que el primer presidente afroestadunidense llegó para festejar la coronación de la primera mujer en llegar ser candidata de uno de los dos partidos mayores, en la historia de este país.