‘‘Hemos venido a exigir justicia, no dinero’’: víctimas de Nochixtlán

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Oaxaca de Juárez. Desde Asunción Nochixtlán, Oaxaca, llegaron ayer hasta la Plaza de las Tres Culturas, en la Ciudad de México, decenas de heridos, viudas y niños que –acusaron– fueron agredidos por la Policía Federal (PF) el 19 de junio pasado, en el operativo de desalojo de la autopista: ‘‘Aquí estamos, tenemos nombre, tenemos rostro, tenemos miedo. Aquí estamos, hemos venido a exigir justicia, no dinero’’.

Viendo de frente, uno a uno, más de 30 expusieron sus relatos con rabia, coraje, molestia, dolor e impotencia. Varios mostraron sus heridas, destaparon su cuerpo, se despojaron de su ropa y expusieron a las cámaras fotográficas, de televisión, ante tablets y a los reporteros, las lesiones que les dejaron las balas, las ‘‘bombas de gases lacrimógenos que nos lanzaron de cerca policías federales y que también aventaron desde helicópteros contra nosotros’’.

Adultos, jóvenes, adolescentes y mujeres acudieron juntos a la simbólica Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco: narraron que en Nochixtlán ‘‘hubo balas que entraron por la boca y salieron por la oreja; disparos que impactaron en piernas, tobillos, ingles, en el estómago, en el pecho, en la espalda, en los pies, en los dedos’’.

Vinieron hasta la Ciudad de México para ‘‘responder a las voces de diputados y senadores (priístas, como Mariana Benitez, quien dijo el pasado martes que lo que señaló en el Senado el ombudsman de Oaxaca, Arturo Peimbert, no era verdad), que niegan lo que ocurrió. Aquí estamos, hay muertos, hay heridos y niños espantados que sufrieron los daños del gas lacrimógeno’’.

Casi un centenar de habitantes de Asunción Nochixtlán y otras comunidades, entre víctimas y sus familiares, estuvieron presentes en Tlatelolco: ‘‘No venimos a decirles lo que otros vieron, sino lo que nosotros vivimos y hemos padecido desde el 19 de junio pasado. No estamos hoy aquí todos, hay más compañeros heridos, pero tienen miedo de salir, tienen miedo de perder su libertad’’.

Algunos llegaron con muletas, otros con vendajes en pies, manos, tórax, piernas. Pero ahí estaban, a pleno sol. Trajeron desde Nochixtlán su palabra, ‘‘esa que no ha sido escuchada. Nosotros somos sobrevivientes de la matanza. Queremos que lo sepa el mundo, que lo conozca la opinión pública: fue una masacre’’.

‘‘Me despedazaron tres dedos’’

Felipe Montesinos Sánchez dijo: ‘‘Soy profesor en una pequeña escuela hecha de cartón, palos y hules, la cual está asentada en la colonia 20 de Noviembre, de Nochixtlán. A las 7:30 horas del día 19 de junio llegaron los federales a desbloquear la carretera. Desalojaron en 6 minutos, pero se siguieron a la población.

‘‘Traían gas lacrimógeno, equipo antimotines. Cuando empezaron a disparar bombas de ese gas, y una dio en la mano, me despedazó tres dedos y me quemó. Llegué al hospital regional y cuando me vieron con la mano casi despedazada no les quedó más que atenderme.

‘‘Pero la encargada se comunicó con su jefe por teléfono y le dijo: ‘ya están llegando los heridos del enfrentamiento’, y le respondieron: ‘cierra el hospital, ese no es problema nuestro’.

‘‘Uno de los enfermeros me dijo que por mi seguridad era mejor que me retirara de ese hospital, que iban a llegar los policías federales y el nosocomio no respondía. Me fui y al salir vi policías apostados en la azotea de la clínica, que nos disparaban.’’

‘‘Digan la verdad’’, piden a medios de comunicación

Clara Santiago, madre de Yalit Sánchez Santiago, ‘‘asesinado’’ por la Policía Federal el 19 de junio, según acusó su hermano, pidió a los medios de comunicación: ‘‘Digan la verdad. No sale la información como debe ser. Mataron a mi hijo y pido justicia para todos los muertos y heridos’’, dijo la mujer.

Ante decenas de heridos, viudas y niños, Gerardo Crisanto López Rojas expresó: ‘‘Estamos aquí para exigir justicia, verdad y castigo a los agresores. Nosotros somos gente de campo y fuimos agredidos por la Policía Federal, la Gendarmería y la policía estatal’’.

‘‘Estaba trabajando la tierra y los federales llegaron a golpearme’’

Pedro Valente Masa Cruz, campesino de más de 65 años de edad, señaló: ‘‘Estaba sacando zacate con un burro cuando llegaron los federales y me patearon, me arrastraron, me hicieron como quisieron.

‘‘Me dejaron tirado. No me da vergüenza decirlo, pero ahora tengo ese enojo; yo estaba trabajando y ahí me tundieron a golpes’’ los agentes.

Luis Bautista Hernádez denunció: ‘‘Desde un helicóptero me dispararon y también vi que lanzaban bombas de gas lacrimógeno a los niños’’.

Ante las cámaras de las televisoras, en vivo y en directo, los habitantes de Nochixtlán relataron ‘‘eso que no les gusta a los diputados y senadores priístas: que la Policía Federal disparó gas lacrimógeno contra 30 niños de la colonia 20 de Noviembre. Corrieron a protegerse y se fueron a otra colonia; ahí estuvieron hasta que al otro día nos mandaron a avisar que ahí había niños escondidos que se protegían’’.

Fueron más de 30 testimonios que coincidieron en que ‘‘la Policía Federal disparó contra nosotros; desenfundaban y nos decían: ‘no corran, no sean cobardes’’’.

El Comité de Víctimas 19 de Junio, de Nochixtlán, contó su verdad y pidió a las empresas Televisa y TvAzteca, y a todos los medios de comunicación, impresos y electrónicos: ‘‘Digan la verdad, no se vendan al gobierno’’.

Por su parte, el segundo visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Enrique Guadarrama López, presente en el acto, dijo en entrevista a este diario:

‘‘Los testimonios de los heridos ya los tiene la comisión; tenemos videos y fotografías, quejas de ataque a menores con gases lacrimógenos, de que se negó la la atención médica en hospitales y también denuncias en que señalan que les dispararon desde helicópteros’’.