Predicar con el ejemplo

0
202

Marco Polo López Santos.

Oaxaca de Juárez. No es una casualidad que buena parte de las personas con discapacidad, en nuestro país, considere que el principal problema que enfrenta sea el desempleo, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México 2010.

El artículo 27 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad salvaguarda nuestro derecho al trabajo y empleo, en condiciones de igualdad, desde una concepción amplia, considerando aspectos como remuneración justa, seguridad, entornos laborales incluyentes, asesoría, colocación y profesionalización, así como el emprendimiento en negocios e inserción en la administración pública.

Nuestra Carta Magna y  marco jurídico interno también salvaguardan este y otros derechos relacionados. Sin embargo, tales avances legales no han sido suficientes, pues el ámbito laboral es uno de los espacios donde la discriminación, y la exclusión que conlleva, se siguen manifestando con gran intensidad, y las repercusiones para el grupo que nos ocupa son severas.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en nuestro país el porcentaje de población con discapacidad asciende al 6% (7.2 millones); la tasa de participación económica de las PCD de 15 años y más es de 39.1%, frente al 67.4% de su contraparte sin discapacidad.  Para el caso de las PCD en el estado de Oaxaca esta cifra es de 31%, frente al 52.3% de su contraparte sin discapacidad, cifras que para el caso de la participación económica de las PCD habrá que revisar con mayor detalle.

En el año 2014 se creó el Programa Nacional de Trabajo y Empleo para las Personas con Discapacidad (PNTEPD), por parte de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), en el que se destaca la estrategia “Abriendo Espacios” (Servicio Nacional de Empleo, SNE), así como la creación de una Red Nacional de Vinculación Laboral para impulsar la inclusión laboral de las PCD (RNVLPD), en condiciones de igualdad.

Dicho plan contempla cinco grandes objetivos de los cuáles identifico al 2 y 3 como los más interesantes, puesto que en ellos se plantea, para efectos prácticos, la finalidad última del plan que es o debería ser la obtención de un puesto de trabajo formal por parte de las PCD, considerando los procesos de capacitación necesarios, por lo que en esta ocasión, centraré mi atención en ellos y destacaré algunas de sus líneas de acción, que considero son las más importantes:

Objetivo 2. Fortalecer la inclusión laboral de personas con discapacidad, basada en habilidades y competencias laborales.

2.1.3 Impulsar la creación de agencias de inclusión laboral, que cubran las necesidades de la población objetivo y su seguimiento.

2.1.7     Incrementar el número de empresas incluyentes que ofrezcan trabajo digno a personas con discapacidad.

Objetivo 3.  Favorecer condiciones que permitan el acceso de las personas con discapacidad a la formación, capacitación y adiestramiento para el trabajo.

3.1.1 Promover la implementación de políticas públicas para la formación y capacitación para el trabajo de las personas con discapacidad en el ámbito educativo.

3.1.2 Celebrar convenios de colaboración con instituciones educativas para impulsar la inclusión integral de las personas con discapacidad.

¿Cómo se conectan estos objetivos con sus líneas de acción? Lo primero que debo decir es que, como suele suceder con los planes de gobierno y documentos de este tipo, el lenguaje utilizado es confuso y difuso.

Además de promover empresas incluyentes, cosa que no es de menor importancia, si se busca fortalecer la inclusión laboral de las PCD basada en habilidades y competencias, esto sólo se podrá hacer a través de los procesos de capacitación para el trabajo, y de formación educativa, en los casos que así corresponda. El problema que veo es que en cuanto a capacitación práctica corresponde, lo cuál se plantea explícitamente en el objetivo 3, las acciones específicas para cumplir este propósito son sumamente vagas y confusas, personalmente me gustaría ver una propuesta más clara para efectos de capacitación y acompañamiento en la colocación del empleo y el seguimiento del desempeño de la PCD colocada.

De acuerdo al Informe de Logros 2015 de dicho plan, y en particular de los avances de los objetivos 2 y 3, encontramos que, para el objetivo 2, el indicador es el siguiente: “Porcentaje de hombres y mujeres con discapacidad colocados por la estrategia Abriendo Espacios”. El resultado es 39.71%, es decir, 16,174 PCD colocadas.

Para el objetivo 3, el indicador es: Porcentaje de la población, atendida a través de la Red Nal, de Vinculación Laboral para Personas con Discapacidad (RNVLPD), cuyo resultado es de 24.8%, lo cual se tradujo en 667 PCD colocadas en un empleo, pero este último dato ya está considerado en las cifras reportadas por la estrategia “Abriendo Espacios”. ¿Cuántas colocaciones de PCD bajo dichas estrategias corresponden al estado de Oaxaca?

No digo que estos logros y los avances de los demás objetivos no deban de tomarse en cuenta, creo que “Abriendo Espacios” y la RNVLPD requieren un análisis más detallado; pero también creo que todos los objetivos del plan, sus estrategias y líneas de acción deben de reflejarse en la colocación de los aspirantes con discapacidad en un empleo formal. No creo que con 16,174 PCD colocadas en 2015 se pueda estar satisfecho, ¿o sí?

Por cierto, no hay una sola estrategia ni línea de acción dentro del plan que promueva la inserción laboral de las PCD en la Administración Publica, cosa que no sólo es  mandato de ley, sino, yo entendería, obligación ética si las convicciones son reales. Cuando así sucede, se predica con el ejemplo.