Ochoa Reza encomienda al priismo oaxaqueño combatir la corrupción

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Por Rodrigo Islas Brito

La militancia priista estaba citada a las cuatro y media la tarde y la gente empezó a llegar desde la tres. Eran la siete de la noche y el presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) Enrique Ochoa Reza y el gobernador electo de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa todavía no daban señas de aparecerse en el auditorio Luis Donaldo Colosio de la sede estatal priista.

Entre los cientos de asistentes al anunciado evento a los que el maestro de ceremonias dividía entre “clase política y base partidaria” empezaban ya a manifestarse síndromes de amotinamiento que iban desde los silbidos hasta las francas mentadas de madre.

El sonido local que ya se había cansado de mandar a saludar a ediles  y diputados electos presentes entre el público, llamaba a la gente a guardar la calma, a su comprensión priista , pero la cosa se estaba ya calentando tanto que ni siquiera un simpático Fredy Gil Pineda que salió a dirigir algunas porras, pudo tranquilizar la cosa.

Entre explicaciones del sonido local de que Enrique Reza y el gobernador electo venían ya muy cerca, o que ya estaban entrando a las oficinas, o respuestas internas del mismo público que decían que ni siquiera habían aterrizado en la ciudad.

Finalmente al edificio ubicado en Santa Rosa, a las siete veinte de la noche llegaron Reza, Murat, su esposa Ivette Moran y el presidente del PRI estatal, Alejandro Avilés. La comitiva tardó otra media hora en llegar hasta el estrado del acto que a todas luces se miraba como una celebración.

Reza y Murat se tomaron cientos de selfies con mujeres, señoras, niños y hasta reporteros. Un agotado público partidario los recibió y  apapachó como ídolos. Reza hizo un rodeo del pequeño auditorio donde se fotografió hasta con quien no se lo pidió y Murat terminó tan zarandeado y abrazado que una vez llegados todas y todos al templete del evento, tardo un rato en fajarse la camisa.

Ya enel micrófono, frente a un acto populosos lleno de porras y banderitas de organizaciones obreras, a la clásica usanza priista, Alejandro Avilés dio gracias a toda la estructura partidaria  que llevó al PRI  a recuperar la gubernatura de Oaxaca, mencionando con especial atención a aquellos que llevaron el mensaje de Alejandro Murat a las grandes y pequeñas comunidades, como si de un episodio bíblico se tratara.

Dijo que el PRI  es mayoría porque ganó la gubernatura con una diferencia de más de cien mil votos, además de cuenta con 18 diputados electos para la próxima 63 legislatura, aunque algunos conteos hablaban de que apenas eran 17.

El gobernador electo Murat agarró el micrófono con un “¡si se pudo, claro que se pudo!”, empezó entonces a caminar de un lado al otro del estrado como si todavía estuviera en campaña, habló de Benito Juárez, de quien dijo fue “un gran mexicano porque entendió que había que estar por encima de la coyuntura temporal”.

El nacido en el Estado de México dijo que Juárez al igual que él, era un hombre que sabía que habría que luchar y darlo todo por su tierra”.

“Es lo que ha venido a hacer el presidente Enrique Peña Nieto en esta administración” exclamó ante los vítores de los asistentes. “Un hombre” agregó sobre la figura de Peña Nieto, “que entendió que valía la pena cambiar las cosas, que a veces es necesario tocar las fibras más sensibles de los grandes cotos de poder para efectuar los grandes cambios que necesita México”.

Dijo que Reza y él desde que eran estudiantes (en un tono que parecía sugerir que el mandatario electo oaxaqueño y el presidente del PRI se conocen desde jóvenes)tenían  grandes sueños y  que ahora los están cumpliendo.

Ya en el estrado y en su paso al micrófono, un eterno sonriente Ochoa Reza le adjudicó a “la unidad” el triunfo priista en las pasadas elecciones, dijo en el mes y medio que lleva al frente del PRI ha recorrido 27 estados de la República y que  antes de cumplir los 100 días se dará una vuelta por los que cinco estados que le faltan.

Aseguró que su misión es el conseguir un PRI garante de la transparencia, la rendición de cuentas y  honradez,  a fin de contar con la calidad moral para ejercer un mejor gobierno.

Finalmente recomendó al priismo oaxaqueño y al nuevo gobernador, como lo ha hecho en  casi todos los núcleos priistas de todo el país, que combatan la corrupción y la impunidad  por el bien de Oaxaca y México.

En el estrado priista, el gobernador electo, el presidente estatal priista y el presidente municipal electo de la ciudad de Oaxaca, José Antonio Hernández Fraguas (quien espero estoico casi dos horas en el estrado en la espera de los tres primeros) asentaron mentones y se mostraron de acuerdo