El Economista.
Ciudad de México. Según datos de la OMS, con 1.6 millones de casos diagnosticados al año, el cáncer de mama es el más frecuente a nivel mundial entre mujeres. “En México, este padecimiento se ha convertido en la primera causa de decesos en mujeres mayores de 25 años, pues todavía existe un enorme retraso en la detección de esta enfermedad, que en el caso de nuestro país, se diagnostica en etapas avanzadas (III y IV), es decir, cuando el tumor se ha diseminado en otras partes del cuerpo y se vuelve condición incurable”, explicó la doctora Cynthia Villarreal Garza, oncóloga especialista en cáncer de mama.
Por ejemplo, en Estados Unidos 60% de los casos se detecta en etapas tempranas, mientras que en México sólo 10% se diagnostica de manera oportuna.
“El intervalo que las pacientes tardan en recibir atención desde que se encuentran una bolita o una anormalidad, hasta que empiezan tratamiento, suman siete meses. Esta anomalía, contrario a lo que se pensaba, es básicamente debido a retrasos en el sistema de salud, pues la respuesta de las pacientes al encontrar algo extraño es de aproximadamente 10 días”.
Agregó que otra realidad es que las pacientes se encuentran desinformadas de su padecimiento. “A través de encuestas nos hemos dado cuenta de que 100% requiere de material impreso para ayudar a comprender mejor la enfermedad, así como cursos en línea, manuales e infografías”.
Como último punto a destacar y uno de los más importantes, la también directora del Centro de Cáncer de Mama del Tec de Monterrey dijo que “es necesario saber que esta enfermedad no tiene una prevención importante. Aquí casi todos los factores que condicionan el cáncer no se modifican. Salvo el sobrepeso y la lactancia, el resto es una detección oportuna”, de ahí la importancia de tocarse y conocer nuestro cuerpo.
Las opciones crecen
Sin embargo, no todas son malas noticias. A través de los años la supervivencia de una mujer diagnosticada con este padecimiento ha ido en aumento. En los años 70, 75% de las mujeres se curaba; hoy más de 90% logra hacerlo cuando hablamos de etapas tempranas.
“Incluso con cáncer de mama avanzado y gracias a los avances médicos, ahora contamos con sobrevivencias que llegan hasta los cinco años, esto es muchísimo si consideramos que un día más para esta enfermedad es fruto de grandes esfuerzos e investigación”, dijo la también directora y fundadora de Joven y Fuerte.
Para lograr este diagnóstico oportuno, las acciones son diversas y en distintos niveles, pero las campañas informativas, cobertura en mamografías, el acceso a servicios de salud de calidad y el entrenamiento médico podrían ser la base para un cambio radical.
Además, la medicina personalizada es un eslabón fundamental. “El cáncer de mama no es una sola enfermedad, se compone de subtipos y esto es muy importante saberlo para dar el tratamiento adecuado. Anteriormente solamente se encontraban criterios anatómicos y patológicos y regían el tratamiento, así muchas ocasiones las pacientes no recibían el tratamiento adecuado o se sobretrataban con curas muy agresivas (…) hoy se agregan estudios como los genómicos y genéticos que ayudan a un mejor tratamiento y mejores decisiones”, agregó.
Queda mucho por hacer
A pesar de las grandes campañas que incluso el sistema de salud ha logrado implementar con pruebas de tamizaje móviles, por ejemplo, aún falta mucho por hacer, pues hasta el 2012 sólo 21% de las mujeres en México se hacía mamografías. Hay una muy baja cobertura, “para decir que un programa de mamografía es exitoso, se debe por lo menos cubrir 80% de la población; actualmente seguimos en 20%”, indicó la especialista, quien dijo que también ha sido un gran logro que el Seguro Popular, hablando de la Ciudad de México, incluya el cáncer de mama en su programa de atención. “Antes de esto, más de 40% de los pacientes terminaba perdiéndose debido a que no podían costear la parte del tratamiento. hoy en día menos de 5% se pierde; la mayoría tiene un buen apego al tratamiento”.
Sin embargo, la doctora Rina Gitler, directora y fundadora de la ONG ALMA, asegura que los recursos aún están mal encaminados; por ello, ante este vacío en los sistemas de salud, las ONG y las alianzas juegan un papel fundamental, pues están creadas naturalmente por personas que conocen o viven el problema de cerca.
“Tenemos mucha conciencia del problema y somos un punto clave que ayuda al gobierno, pues vemos el problema desde otra perspectiva (…) Como sobreviviente de cáncer de mama entendí nuestra realidad como país y que la estrategia hay que cambiarla”.
Esta ONG hoy es pionera en el tema de cirugías de reconstrucción y son colaboradores de un estudio de investigación genética junto con la UNAM para prevención cuando existe predisposición de padecer cáncer. Además contribuyen con prótesis y material didáctico con el libro El brasier de mamá, para que las niñas empiecen a explorarse desde edades muy tempranas.
En el marco de esta charla también se dio a conocer la campaña #ViveConGlamour, donde la revista Glamour, Pfizer y Essie cosméticos unen esfuerzos para la prevención del cáncer de mama.