Nueva pesquisa de FBI contra Clinton da oxígeno a Trump

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La Jornada.

Ciudad de México. En una elección definida más por filtraciones y escándalos que por posiciones de contenido en el debate político, este viernes –sólo 11 días antes de los comicios– estalló otra bomba política, cuando el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) anunció que había descubierto nuevos correos electrónicos relacionados con la supuestamente concluida pesquisa sobre el manejo de emails de la candidata demócrata Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado.

El director de la FBI, James Comey, envió una carta al Congreso este viernes, en la cual informó que aparecieron correos electrónicos en un caso no relacionado que “parecen ser pertinentes en la investigación” contra Clinton y que su agencia estaba procediendo a “determinar si contienen información clasificada” y evaluar si son relevantes para la indagatoria contra la candidata. Subrayó que no sabía cuánto tiempo requería para concluir esa labor.

Los nuevos correos –aparentemente miles– fueron descubiertos en aparatos confiscados por la FBI al político demócrata caído en desgracia Anthony Weiner y su esposa Huma Abedin, reportó primero el New York Times. Weiner, ex representante federal y ex candidato a la alcaldía de Nueva York, será recordado por escándalos sexuales cibernéticos, pues enviaba imágenes de sus genitales a mujeres que sólo conocía por Internet.

Abedin, la asesora más cercana de Hillary Clinton en años recientes, copresidenta de la campaña y quien está separada de su marido, fue investigada por el asunto de los emails.

La FBI, según fuentes federales de seguridad pública, estaba indagando mensajes de texto con contenido sexual que Weiner envió a una joven de 15 años en Carolina del Norte. En el curso de esa pesquisa no relacionada se descubrieron los nuevos correos electrónicos vinculados con el caso de Hillary Clinton. Aparentemente estaban en una computadora usada por Weiner y Abedin.

El anuncio cayó como posible salvavidas para la moribunda campaña del republicano Donald Trump y, por supuesto, fue utilizado de inmediato en la contienda por el aspirante y dirigentes del partido.

En un acto de campaña hoy en Nueva Hampshire, Trump comenzó su discurso con la noticia de la FBI y consignas de “¡qué la encarcelen!”, subrayó que “el nivel de corrupción de Clinton está en una escala que jamás hemos visto” y poco después, en otro evento en Maine, afirmó: “Es el escándalo político más grande después del Watergate”.

Tras meses de acusar a la FBI de ser cómplice de Clinton y de Obama por no proceder judicialmente contra la candidata, hoy Trump aseveró que tiene “gran respeto” para la corporación al “corregir” el grave error de no proceder contra ella.

Esta noche Clinton, en brevísima conferencia de prensa en Iowa durante su gira de campaña, abordó por vez primera el tema.

“Estamos a 11 días de tal vez la elección nacional más importante de nuestras vidas” y, por ello, el pueblo “merece tener los hechos plenos y completos de inmediato”, declaró al instar a la FBI a divulgar lo antes posible “toda la información que tiene, que suelte todo” sobre lo que descubrió. Dijo que confía en que cualquier cosa que se revele “no cambiará la conclusión a la que llegó la FBI en julio”.

En dicho mes Comey, al término de una larga pesquisa de la FBI, recomendó no presentar cargos contra Clinton, al concluir que no hubo intención delictiva ni obstrucción de la justicia por ella, aunque la criticó por su manejo “descuidado” de los correos. La investigación se centró en si ella expuso indebidamente información clasificada.

Esta tarde John Podesta, presidente de la campaña de Clinton, y la senadora Dianne Feinstein, entre otros demócratas, criticaron lo que les parece una maniobra contra Clinton con fines políticos. Señalaron que es poco común que la FBI presente algo con obvias implicaciones políticas tan cerca de una elección.

A la par de esta noticia, los medios resaltaron hoy que la contienda se ha cerrado más esta semana. Casi todos señalaron que esa información podría “cambiar el juego”. En el promedio de las encuestas nacionales de RealClearPolitics, Clinton goza ahora de una ventaja de sólo 4.4 puntos y en las tendencias registradas en sondeos de ABC News/Washington Post el margen se ha reducido a cuatro puntos (en días recientes gozaba de seis y poco antes hasta de 12 puntos).

Sin embargo, la elección no se determina por el voto popular a escala nacional, sino en cada uno de los 50 estados. Se define en los llamados 12 a 15 estados claves. Clinton sigue teniendo ventaja amplia para alcanzar y superar por mucho los 270 sufragios que se requieren en el llamado colegio electoral para conquistar la Casa Blanca.

Aunque la noticia de hoy es explosiva y a los medios les encanta generar drama en el proceso, por el momento no se espera que esto tenga gran efecto en donde importa: el colegio electoral. Analistas sugieren que por ahora no hay nada en este anuncio más que el mismo asunto de los correos y que, en el peor caso, se podría desalentar un poco la participación demócrata.

Eso cambiaría si se divulga que en el nuevo material hay algo que pudiera derivar en cargos criminales. Pero todo indica que la FBI no logrará concluir su investigación antes de los comicios.

Por tanto, Clinton y sus estrategas apuestan a que la mayoría de los votantes ya tomaron su decisión y que el asunto de los emails permanecerá en el pasado.

Por otro lado, cuando se dio la noticia de Comey, la bolsa de valores de Nueva York se desplomó más de 100 puntos, pero después se recuperó. Una fuente en una de las casas bursátiles más importantes comentó a La Jornada “que el mercado financiero no desea que Trump gane la elección”.

Campañas golpeadas por escándalos

La noticia de hoy es sólo la más reciente “sorpresa de octubre” (o sea, es casi rutinario que en una recta final cada lado intente provocar o evadir sorpresas que influyan en los comicios a último momento), de varias a lo largo de este mes.

Filtraciones sobre documentos indicando que Trump no pagó impuestos federales. publicadas en el New York Times; la famosa grabación de Trump elogiando sus agresiones sexuales contra mujeres, publicada por el Washington Post, y los correos electrónicos hackeados de la cuenta de Podesta, que Wikileaks ha difundido gradualmente a lo largo de este mes, revelando intrigas, manejos de crisis y posibles maniobras inapropiadas para generar fondos tanto para la fundación como para la fortuna personal de los Clinton, entre otros, han golpeado a ambas campañas.

Por el momento lo que sigue salvando a Clinton es la percepción aún más desfavorable de Trump y que poco más de la mayoría que desaprueba a ambos candidatos lo ve como más deshonesto y poco confiable que ella.

Sexo, mentiras y video –aunque sean de adolescente–, más que cualquier debate sobre asuntos graves y claves a escala mundial, parecen ser lo que acabarán determinando el curso de esta elección en la democracia más antigua y el país más poderoso del planeta.