El Financiero.
Ciudad de México. Ha sido el argumento más repetido en la campaña de Donald Trump: el comercio mundial es un problema para los trabajadores estadounidenses, y la causa de ese problema necesariamente se le atribuyen a otro país.
Muy a menudo se culpa a México y a China, pero también otros ‘culpables’ podrían ser Vietnam o Corea del Sur.
Estos países, como le gusta decir al candidato republicano, “nos están comiendo el mandado”.
Pero resulta que la metáfora de Trump es, en cierto sentido, objetivamente cierta, pero no en el sentido como quisieran que los votantes creyeran.
Para un estadounidense que recorra los pasillos de un supermercado Selecto (de la cadena Chedraui) a las afueras de la Ciudad de México encontrará mucho de los productos que pueden ser familiares.
Los mexicanos que concurren a este exclusivo supermercado en el municipio de Naucalpan desayunan cereal Capitán Crunch (de la Quaker Oats Company), comen cortes de carne de res de Estados Unidos para el almuerzo y galletas Oreo para después de la cena, todo comprado al otro lado de la frontera norte de México.
Nabisco, el fabricante de galletas Oreo y otros aperitivos, abrió una fábrica en México, algo que a Trump le gusta tener en cuenta en sus actos de campaña, pero eso no ha impedido que los compradores mexicanos exigentes continúen con su preferencia por Oreo, Chips Ahoy! y otros 10 tipos de galletas Nabisco importadas de Estados Unidos.
En total, Selecto importa hasta 15 por ciento de su inventario, y la mayoría de esas importaciones provienen de Estados Unidos.
La cadena, propiedad de un competidor nacional de Wal-Mart conocido como Grupo Comercial Chedraui, es una de un número creciente de tiendas que han surgido en los últimos cinco años en respuesta a la expansión de la clase media de México y ofrecen una mayor variedad de productos.
Este supermercado nos ofrece una ventana inusualmente clara de los vínculos comerciales entre México y Estados Unidos, en la que productos que van desde autopartes hasta petróleo cruzan la frontera varias veces, creando puestos de trabajo en ambos lados antes de que estén listos para venderse.
Históricamente, México ha importado mucho más de Estados Unidos que de ningún otro país, y esos envíos se han triplicado desde que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entró en vigencia en 1994.
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De acuerdo con el Inegi, de enero a agosto de este año se han importado de los Estados Unidos bienes y servicios por 116 mil 428 millones de dólares, concentrando el 42.2 por ciento de las importaciones totales.
Alimentos y bebidas no son la excepción: De todas las importaciones de alimentos de México, casi cuatro quintas partes proceden de Estados Unidos.
Tyson Foods y Coca-Cola están entre los mayores vendedores de productos estadounidenses en México, según datos del gobierno mexicano.
Incluso la cerveza mexicana está hecha con ingredientes de Estados Unidos: México importa más de seis veces más malta de Estados Unidos que antes de que entrara en vigor el TLCAN.