En México, diabetes tipo 2 aumenta prevalencia en niños

0
257

La Jornada.

Ciudad de México. La diabetes tipo 2, considerada una epidemia mundial, ya alcanzó a los niños. En la década reciente aumentó su prevalencia en México; la mayoría de los casos se presenta entre los nueve y 14 años, pero cada vez con más frecuencia en pequeños de menos de cinco. Hace unos días llegó a la Clínica de Diabetes del Hospital Infantil de México Federico Gómez (HIMFG) la primera paciente de tres años, ya con diagnóstico de la enfermedad metabólica.

Aún no existe información puntual sobre la cantidad de menores afectados, pero a causa del sobrepeso y la obesidad presentes en la tercera parte de ese sector de la población, es muy probable que México ocupe el primer lugar mundial en la lista de infantes con diabetes, afirmó Leticia García Morales, jefa del departamento de endocrinología y responsable de la Clínica de Diabetes del nosocomio.

Es urgente tomar medidas para realmente prevenir el exceso de peso corporal. A los adultos nunca nos enseñaron una cultura de nutrición y hábitos saludables. Hoy debemos impartirla a los niños y, principalmente, eliminar las bebidas azucaradas de la dieta diaria, advirtió.

Para dar idea de cómo ha crecido la diabetes tipo 2 en la infancia, mencionó que hace 10 años 95 por ciento de los pacientes del HIMFG tenían diabetes tipo 1, la conocida como juvenil, que es genética y no puede prevenirse. Actualmente casi la mitad de los niños que llegan por primera vez tienen la tipo 2.

Más devastador

Precisó que el mecanismo de acción de la enfermedad en los adultos es bien conocido, pero en menores de edad estamos aprendiendo a escala global. No obstante, los expertos afirman que es un padecimiento nuevo y más devastador.

En el HIMFG existe evidencia en niños que uno o dos años después del diagnóstico y con control aceptable de los niveles de glucosa ya reportan datos de falla renal y neuropatía diabética (daño en nervios de las extremidades).

Estas complicaciones también se presentan en los adultos, pero luego de 10 a 20 años de vivir con la alteración metabólica, y depende de si tienen bajo control el nivel de azúcar en la sangre.

En entrevista a propósito del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra hoy, la especialista alertó sobre el problema en la población infantil, sobre todo por los factores de riesgo. El principal es la obesidad y ésta como resultado de diabetes gestacional en la madre, es decir, la que aparece durante el embarazo.

Esta condición de salud aumenta casi cinco veces el riesgo de que los niños sean obesos y diabéticos. De hecho, explicó, nacen con una programación metabólica anómala, prácticamente condenados a enfermar a edad temprana.

Foto
El secretario de salud, José Narro Robles, y el director general del IMSS, Mikel Arriola, participaron en una rodada ciclista por Paseo de la ReformaFoto Jair Cabrera
Además, debido a la elevada prevalencia de diabetes tipo 2 en la población adulta del país, es frecuente que cuando las mujeres se embarazan ya tengan síndrome metabólico, con resistencia a la insulina. Este es el paso previo a la diabetes y también afecta al producto, pero las gestantes lo desconocen. No se enteran del padecimiento hasta que llevan a sus hijos al hospital, comentó García Morales.

Advirtió que este problema se puede prevenir con pruebas de detección de diabetes a la población en general o, por lo menos, a todas las embarazadas, que incluya la medición de glucosa en ayunas y después de comer. Así lo ordena la norma desde 1997, pero no se cumple y por lo tanto la diabetes gestacional no se detecta. Podría estar presente en tres de cada 10 gestantes, sostuvo.

Otros factores de riesgo de la diabetes tipo 2 en la infancia son el sobrepeso o el bajo peso al nacer. Este último ocurre por desnutrición de la madre o por haber padecido hipertensión durante el embarazo, lo cual también es frecuente en el país.

Los niños de menos de 2.5 kilogramos de peso o más de 3.5 tienen alto riesgo de desarrollar resistencia a la insulina (incapacidad del organismo para controlar los niveles de azúcar en la sangre) y luego diabetes.

También pueden enfermar los infantes que suben de peso de forma rápida en sus primeros meses y años de vida. Se suman los malos hábitos alimenticios, en particular el consumo de bebidas azucaradas, que sigue siendo un reto para el país, indicó la endocrinóloga.

A todo esto se suma la predisposición genética de los mexicanos a la diabetes y más en las familias en las que algún miembro vive con el padecimiento, en especial papás o abuelos.

Aseveró que por este mal la expectativa de vida de los pacientes adultos se reduce 10 años respecto de las personas sanas, y para los niños aún no se sabe; sin embargo, lo vamos a empezar a ver.

Ante este problema es urgente que el país emprenda acciones de educación, prevención y control desde la infancia para frenar el sobrepeso y la obesidad, enseñar a la población el significado de comer bien, insistir en la importancia del ejercicio físico yexplicar qué actividad es conveniente para cada edad.

En los países desarrollados, aseguró, se ha estimado que prevenir la diabetes cuesta 25 dólares por persona al año, mientras el tratamiento tiene un costo de miles de dólares, sin contar la incapacidad, la pérdida de productividad y el daño a la economía familiar.