El Financiero.
Ciudad de México. Para los expertos en seguridad cibernética existen cuatro tipos de hackers: criminales cibernéticos, hacktivistas, mercenarios cibernéticos y agencias gubernamentales, y todos estos tienen presencia en el país.
En este sentido, apuntó, prácticamente todas las organizaciones e instituciones pueden ser vulneradas por estos actores, debido a que la mayoría no ha adoptado una cultura de seguridad informática.
Por otro lado, las instituciones privadas y gubernamentales también han sido blanco de los ataques del primer y el cuarto grupo. Es difícil que las instituciones puedan hacer algo para defenderse, ya que se trata de ataques bien planificados y preparados de antemano. Por esto, se les llama ataques dirigidos que muchas veces llegan a ser persistentes y avanzados.
Son actores contratados por agencias gubernamentales y tienen una presencia fuerte en Argentina, Colombia y México.
“Ellos han operado por varios años y son de los más nocivos porque tratan de cumplir con los encargos cibernéticos para el mejor postor. A veces el marco legal de un país no le permite realizar ciertas campañas de ofensiva, entonces usarán una fuerza como este actor, el cliente gubernamental no estaría ensuciándose las manos y obtendría la información requerida”.
En su mayoría tienen presencia en Brasil, Perú, México, Argentina y Colombia, pero otros países de la región también albergan en menor medida a estos actores que constituyen una amenaza. Trabajan por motivaciones financieras y buscan sustraer activos de instituciones financieras.
Normalmente los criminales cibernéticos no producen sus propias muestras de malware para sustraer dinero de la banca, sino que compran el código malicioso a otros criminales de los países mencionados.
Las agencias gubernamentales son un grupo del que hasta hace poco casi no se hablaba. Ellos buscan secretos de Estados, información militar, económica y científica, además han desarrollado un arsenal ofensivo de forma propia en Latinoamérica, es decir, han inventado tecnología con el uso de sus propios recursos científicos.
También compran armamento cibernético a las agencias que producen y comercializan este tipo de herramientas y que pueden operar físicamente en otros países.
El objetivo de los hacktivistas es revelar casos de corrupción, injusticias y violaciones a derechos humanos para mostrarlos a la opinión pública, y son un conglomerado de individuos de diversos países que colaboran a la distancia.
“Si hubiera un hacktivista en México, este podría estar cooperando con hacktivistas de otros países y serían un aglomerado de personas de diversos países. Este grupo es tan híbrido que no se puede determinar dónde tiene sus raíces”, dijo el experto.