El Financiero.
Ciudad de México. La economía de México habría crecido un 2.2 por ciento en 2016, dijo este jueves el secretario de Hacienda, José Antonio Meade.
De confirmarse sería el menor crecimiento desde 2013, cuando la economía mexicana creció 1.6 por ciento. El PIB de México en 2015 creció 2.6 por ciento y en 2014 2.3 por ciento.
El estimado de la secretaría de Hacienda para 2016 es de un rango de entre 2.0 y 2.6 por ciento.
Si bien este crecimiento no es el deseado, en el contexto en el que se obtiene resulta favorable, dijo el funcionario este jueves durante su participación en el Seminario de Perspectivas Económicas 2017 ‘Retos y oportunidades ante un entorno internacional complicado’.
En noviembre el Banco de México redujo la perspectiva de crecimiento económico para 2016, al pasar de un rango de 1.8 – 2.3 por ciento desde el 1.7 – 2.5 previo.
El dato oficial será divulgado a finales de enero por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La cotización del peso mexicano, que en la víspera se depreció a un mínimo histórico, refleja un panorama muy pesimista en torno a la llegada de nuevas inversiones al país, dijo José Antonio Meade.
La volatilidad mundial y los temores de que el nuevo Gobierno de Estados Unidos pueda tomar medidas adversas para México, su socio y vecino del sur, llevaron al peso a mínimos históricos esta semana para acumular una depreciación frente al dólar de casi cinco por ciento en lo que va del año.
En 2016 la moneda se debilitó 20 por ciento.
“Hoy el tipo de cambio refleja un escenario muy pesimista respecto a la capacidad que tendremos para atraer inversión”, señaló el funcionario en el seminario.
En el mismo sentido, José Antonio Meade dijo que para generar condiciones de mercado para la inversión, el Gobierno trabaja en tres factores: la política fiscal, la política monetaria y las reformas estructurales.
La política fiscal busca la meta de reducir el déficit. A través de la política monetaria se busca que no haya estrechez en el mercado, que haya liquidez. Además se continúa con el impulso a las reformas estructurales, añadió.
“Lo que tenemos que hacer de fondo es trabajar para ir despejando incertidumbres que hay. Generar convicción de que México tendrá capacidad de atraer inversión y que seguirá siendo competitivo”, dijo.