Crónica de los negocios del PREP y males del joven IEEPCO

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Karina Hernández/RIOaxaca

Oaxaca de Juárez. Eran casi las cinco de la tarde, las filas de la Casa de la Ciudad desfilaban quienes en años pasados tuvieron la decisión más importante en la vida electoral en Oaxaca: calificar elecciones.

Desde ex funcionarios de tercer nivel hoy vinculados como operadores de medio pelo en partidos políticos, académicos y uno que otro distraído paseaba y saludaban a quienes en su momento los llevaron a formar parte del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) o en su momento Instituto Electoral de Oaxaca (IEEO).

Era el momento inédito, por primera ocasión juntos, tres ex presidentes del órgano electoral, Cipriano Flores, José Luis Echeverría, Alberto Alonso Criollo y el actual presidente del órgano, Gustavo Meixueiro Nájera. Sentados en primera fila los actuales Consejeros Electorales, ex Consejeros, ex directores ejecutivos y la desapercibida la presencia del empresario radiofónico, Humberto López Lena.

En el centro, asistentes, ayudantes, funcionarios de medio pelo de la actual administración, investigadores y administrativos del IEEPCO que esperaban indicaciones del jefe inmediato.

Al margen de eso, el dato curioso que salía a relucir, es que todos los burócratas electorales se acusaban entre su círculo cercano -ve saluda a tu padrino -político- se decían. Claro, unos lo negaban, otros lo aceptaban con una sonrisa cómplice. Al final, todo quedaba claro, son cuotas de quienes en su momento gobernaron y gobiernan el Instituto.

Se hacía tarde, la falta de galletas y el café se hacía presente, fue en ese momento cuando Gustavo Nájera rompió el hielo e inició el conversatorio.

Al calor de la plática salieron los datos y preguntas incómodas por parte de quienes fueron la cabeza del órgano electoral. Sin embargo, todos justificaban la permanencia de un cuestionado instituto en la vida democrática de Oaxaca.

¿Quién le va poner el cascabel al gato? Preguntaban en el pasillo los godínez electorales. El primero fue Alonso Criollo, reveló cifras de cuánto gustó el entonces IEEO de Echeverría y el IEEPCO de Gustavo, ambos con cifras millonarias, por el contrario, él presumía los miles que se ahorró y el nivel de Participación política que logró el Consejo que él presidía. Todos esperaban el revire. Hubo mutis. Ya con el arma cargada, Cipriano, lanzó ¿Cuánto nos gastamos en el PREP Fili -actual consejero y ex director con él durante su administración-, como 50mil pesos no?, se autor respondió ¿Gustavo, cuánto pagaste tú? Al mismo tiempo que le tomó el antebrazo para esperar paciente la respuesta. Unos 20 millones, dijo Nájera. No quiero acusarlos nada, pero eso no vale, lanzó el primer presidente del órgano. Otro mutis, que sólo reveló los negocios que se pueden hacer desde el órgano electoral.

Pasaron los minutos, ya con temas menos complejos y con un Echeverría que omitía las respuestas en temas de debate, la noche consumió el convivió del cumpleaños del joven de 25 años.

Un santo seco, con reflexiones por parte de los “ex mandamás” sobre los pendientes que enfrenta el órgano electoral, que van desde la irrupción de los tribunales en las comunidades indígenas, la verticalidad de la interpretación de la norma, la complejidad de la conducción de un órgano que en voz de los mimos ex presidentes, sufre de las llamadas presiones de diputado, del gobernador en turno y poderes fácticos que piden cuidar sus elecciones porque tienen negocios.

Ya al final, al unísono, casi todos participantes coincidían en la necesidad de transparentar los dineros que llegan al Instituto, de ser autónomos en sus decisiones, de aumentar los criterios de interpretación de la ley y sobre todo… de lo joven que sigue siendo el IEEPCO para una madura democracia oaxaqueña. Todo lo demás, fue pura foto.