Mtro. Alberto Alonso Criollo.
- Consideraciones El IEEPCO y el Sistema Político.
En su definición de la política decía Nicos Poulantzas, que esta es la instancia en donde se articulan y se condensa la totalidad de contradicciones de la unidad social. Y me parece a mi que la expresión puede ser muy útil para comprender estos 25 años de historia del IEEPCO en donde paso a paso se expresan las contradicciones, fortalezas y debilidades del sistema político Oaxaqueño en su conjunto.
El Instituto es un espacio en donde se entrecruzan los apasionados proyectos de poder de los grupos en la sociedad política oaxaqueña; al tiempo que ahí también se expresan las virtudes, los vicios, las creencias, las molestias y las esperanzas de los mismo actores políticos y de los que corresponden a la sociedad civil. Es expresión de las particularidades de la coyuntura histórica por la que atraviesa y de la correlación de fuerzas políticas existentes.
Utilizando esta visión sistémica se puede percibir como el órgano electoral ha demostrado una gran fortaleza como Institución porque ha demostrado lo que Huntington denomina adaptabilidad de las Instituciones a los cambios y desafíos de nuevas circunstancias. El Instituto funcionó bien en la época del sistema de partido hegemónico y está funcionado bien en época de la alta competitividad electoral; de la diferenciación y la volatilidad del voto
En la contraparte decíamos, es que sigue desplegándose en un entramado democrático muy cuestionable. Y esta baja calidad de la democracia es probablemente la variable de más alta motricidad en la persistencia de una sociedad asimétrica; de pobreza extrema y subdesarrollo político, social y económico.
Está claro que muchos problemas de la democracia escapan, en gran medida, al espacio preferente de influencia del Instituto. Sin embargo, al asumir esta óptica, nos lleva necesariamente a razonar si dentro del espacio de influencia sustentadas en la ley, puede el Instituto incidir en la generación de un sistema democrático más aceptable.
- Las constantes en 25 años de historia
Nuestro estado ha sufrido recomposiciones profundas a lo largo de los últimos 25 años. El tendencial histórico de votación da cuenta de la evolución de una sociedad crecientemente diferenciada en sus preferencias electorales y en constante incremento de la participación política. La alta participación está vinculada a los tipos de elección y el interés consecuente que genera en la gente.
La transición electoral implicó que desde 1988 0 1995 se incrementara la competitividad electoral y la multiplicación de actores sociales y políticos, además de la generación máxima de expectativas que tiene momentos culminantes en la alternancia de 2010 y ahora en la de 2016.
En su contraparte en el espacio de la sociedad persistían las asimetrías en campo económico, social y políticos; proliferación de poderes fácticos; fenómeno autorreferencial de los partidos y del gobierno que supone la creciente brecha de éstos con respecto la expectativa y la demanda ciudadana; abundancia de organizaciones con alta capacidad de movilización pero en horizonte de reivindicaciones pragmáticas e inmediatista; etc. Y al final, desigualdad, sub desarrollo y miseria.
- IEEPCO: 2011 – 2014
Que pasa en estricto en el periodo en análisis de 2011 a 2014. Tal parece que está época de la primera alternancia oaxaqueña que se desplegó en el contexto señalado, también debe ser añadirse el fenómeno de la marcada debilidad de la capacidad de gobierno ; la atomización del poder político y la ausencia de un proyecto modernizador del estado.
En consecuencia el consejo general que un servidor presidió debe ser caracterizado en su paso por una coyuntura de primera alternancia; de alta movilización social; de incremento de las expectativas políticas y de dispersión del poder político que atestiguaba la emergencia de nuevos actores en las regiones y en las comunidades.
Sin ninguna duda, la convicción de que se atravesaba por una coyuntura transicionista marcó las preocupaciones de nuestro Consejo General. A las presiones transicionistas del entorno político se sumó la circunstancia de la conformación del nuevo Consejo con profesionistas altamente calificados; muy proactivos aunque con posturas diferenciadas.
Sumado al entorno, la integración diferenciada y de alto nivel en el Consejo General de esa época; se constituyó en un motor importante de la continua preocupación por construcción de consensos y de Institucionalidad. De la diversidad de posiciones emano una fuerza importante a favor de la profesionalización y del fortalecimiento institucional.
En concreto la preocupación por el desarrollo de la Institucionalidad tuvo como momentos estelar la presentación del proyecto de reforma que se constituyó en la base de la Reforma estatal electoral del 2012 en donde se abre de modo destacado la introducción de cambios importantes en materia de atribuciones de Comisiones permanentes de consejeros, nuevas disposiciones en relación a los Sistemas Normativos Indígenas y en materia de género, además de la creación de la Unidad de Quejas.
- Nuevas obligaciones del IEEPCO derivadas de reforma del 2012
La reforma electoral estatal del 2012, asigna nuevas obligaciones al órgano electoral que para poder realizarse requerían de respaldo presupuestal que desafortunadamente no contó con el apoyo del Congreso ni de los encargados de las finanzas públicas.
- Comisiones de carácter permanente integradas por Consejeros Electorales que implicaron el trabajo estructurado, sistemático y permanente de los consejeros que a diferencia del pasado contaron con oficinas y personal auxiliar para desempeñar su trabajo.
- En materia de Ayuntamientos de Sistemas Normativos Internos. Además de la obligación del Instituto para coadyuvar con los municipios que así lo solicitaran, en la preparación, organización o supervisión de su elección, se adicionan lineamientos de mediación que incluyen consultas comunitarias y procesos de armonización de las reglas del sistema normativo interno. Hubo intervención del Instituto en 144 municipios en donde solo quedaron 13 sin resolver.
- Comisión de Quejas y Denuncias. El nuevo Código Electoral establecía los regímenes sancionadores electorales y disciplinario internos, determinando para tal efecto la creación de una Comisión de Quejas y Denuncias, así como de una Unidad especializada para cumplir las funciones y actividades encomendadas.
- Otra de las novedades del código con repercusión en el gasto del Instituto, fue la reglamentación en torno del recuento de votos, contenido en el artículo 237, del código en la materia, y que por primera ocasión se aplicó tanto en las elecciones para diputados como en las de concejales.
- Nuevos derechos de los representantes de los Partidos Políticos. Se establece la obligación del IEEPCO de proveer de recursos humanos y materiales a los representantes de los partidos políticos en el proceso electoral.
Finalmente tuvimos más obligaciones y menos recursos. Pese a todo, las limitaciones para el ejercicio fiscal 2013 se constituyó en nuestro mayor problema que fue resuelto en la convicción de cumplir con nuestra tarea constitucional a cualquier costo. Parte de esos costos efectivamente la tuvo que padecer la siguiente administración del Instituto.
En resumen pues, el consejo se integró por Consejeros de alta calificación; muy proactivos en medio de una reforma que el mismo Consejo propició y que trajo como consecuencia mucho más carga de trabajo; de profesionalismo del Instituto y al final de construcción de institucionalidad al reducirse las discrecionalidad en la toma de decisiones y propiciando la compartición de las decisiones colegiadas en el seno del Consejo.
Lo malo de todo esto es que cumplimos con nuestro deber constitucional pero en condiciones muy precarias. Fue el proceso intermedio más participativo en la historia de Oaxaca; pero también el que contó con el menor presupuesto. Gastamos cerca de 40 millones menos que en el 2010 y 150 millones menos que en 2016.
Me parece que lo que nos corresponde hicimos un esfuerzo por generar institucionalidad en el órgano electoral en los que nos correspondía en ese ambiente transicionista; de incremento de la participación política y de las altas expectativas sociales y políticas que vivíamos en esa primera alternancia en Oaxaca.
Pero la conclusión de aquel momento que en parte es la misma que en la actualidad, el Instituto hace su tarea en la garantía de que los votos se cuenten bien pero se despliega en el entorno de un modelo de democracia insatisfactoria que a su vez tiene gran incidencia en los problemas sociales, económicos y por supuesto, políticos en el estado.
Decía antes que a estas alturas de la historia del estado y del país, incluso del mundo, está claro que está democracia formal que ha hecho posible la efectividad del sufragio, como exigían los padres de la Revolución Mexicana, y que ha propiciado procesos electorales con un buen nivel de confiabilidad, no ha sido capaz de incidir en la calidad de la democracia y en la reducción de los contrastes sociales.
Creo que el Instituto está en un camino ascendente en términos de su profesionalización para proteger y legitimar, los aspectos formales de los procesos comiciales; creo también que puede incidir mucho más en la elevación de la calidad de la democracia oaxaqueña.
No podemos cerrar los ojos a la gran problemática social y política del estado y del país. Los procesos autorreferenciales de gobiernos, partidos e incluso las organizaciones. La persistencia y anquilosamiento de poderes fácticos que propician poderes clientelares en la lucha por el poder político a nivel regional y municipal. Todo esto abonando a una sociedad desigual, de extrema pobreza y de preeminencia del conflicto social.
Tal parece que las inercias perniciosas del sistema no habrán de detenerse si no se genera un gran contrapoder que le haga frente. Ese contrapoder solo puede ser efectivo si se enraíza en las convicciones y la motivación de las prácticas vigilantes e inquisitivas de la Sociedad no política, es decir de la Sociedad Civil.
Entonces muy probablemente el desarrollo institucional pasa por la necesidad de hacer más en construir poder social como un tema de vastas ramificaciones: cultura cívica participativa, derechos de género, derechos humanos, derechos indígenas, desarrollo de capacidades autogestivas, etc. Que de verdad ayudarían realmente a elevar la calidad de la democracia en Oaxaca y en el país.
Un ambicioso programa de empoderamiento social y de Construcción de Ciudadanía que verdaderamente genere poder en la parte de la sociedad que no está integrada en la sociedad política. Es un programa que debe empoderar a la la verdadera sociedad civil, para que acote los excesos de una cierta clase política que domina los partidos; domina el gobierno; las organizaciones políticas y otros centros neurálgicos del poder estatal y nacional.