Trump y el nuevo panorama geopolítico (2da. parte)

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Antonio Moreno Castañeda.

El continente americano es, prácticamente, el patio trasero privado de Estados Unidos, pues puede disponer de los recursos naturales de toda América, sin que tenga realmente otra potencia importante le compita por dichos recursos, potencialmente en un  futuro podrían ser Canadá y Brasil quienes amenacen la hegemonía de Estados Unidos, en el espacio continental de América. De momento este último sigue controlando por completo la región, a pesar de sus problemas con el gobierno de Venezuela –de Chávez y posteriormente de Maduro-, el gobierno venezolano argumenta que el gobierno estadounidense viola su soberanía nacional al inmiscuirse en sus asuntos internos, mientras que este último dice que el gobierno venezolano -de Chávez y su sucesor Maduro- se la pasa violando los derechos humanos de su población.

En el fondo del actual problema estadounidense-venezolano está el petróleo, Venezuela tiene una de las principales reservas petroleras del mundo, actualmente con un gobierno enfrentado a Estados Unidos, gobierno venezolano emanado de un movimiento de izquierda encabezado por Hugo Chávez, en estos últimos años dicho gobierno ha pretendido implementar reformar sociales, aunque también ha tenido problemas de corrupción dentro de su aparato estatal, así como un fuerte enfrentamiento con la oposición venezolana, con un panorama en el que la mayoría de la población ha tenido que padecer el problema de una enorme inflación, así como desabasto de alimentos y medicinas, este régimen de Maduro, como sucesor de Chávez, en lo internacional ha sido cercano a Rusia, por lo que puede existir la posibilidad de que este último país pueda mediar entre Estados Unidos y Venezuela.

Sin lugar a dudas la gran potencia de Sudamérica, y de toda América latina, es Brasil, país este con un territorio enorme que le permite disponer de cuantiosos recursos naturales, con ciudades importantes como Sao Paulo y Rio de Janeiro, gobernado, al igual  que Venezuela, en los últimos tiempos por un partido de izquierda –el Partido de los Trabajadores-, partido que llevó a la presidencia brasileña a Lula da Silva primero y después a a Dilma Rousseff, régimen que emprendió importantes reformas sociales que pretendían combatir la gran inequidad en la distribución de la riqueza que existe en este país. No obstante de ciertos avances en el mejoramiento de las condiciones de vida del grueso de la población, también hubo actos de corrupción dentro del aparato estatal brasileño con el PT a la cabeza.

Brasil en estos últimos años se ha acercado a la República Popular de China, con quien mantiene estrechos vínculo comerciales, no obstante, a diferencia de Venezuela, el gobierno izquierdista brasileño mantuvo una buena relación con el gobierno estadounidense; por los escándalos de corrupción Dilma Rousseff fue destituida como presidenta de Brasil, sustituida por Michel Temer en este cargo. Todo parece indicar que geopolíticamente seguirá siendo la principal potencia de Sudamérica, aunque acotada por la presencia de Estados Unidos en todo el continente.