Alfredo Martínez de Aguilar.
(A los compañeros periodistas Sonia Córdoba y a su hijo, asesinados en Autlán, Jalisco, y a Javier Valdez, muerto en Culiacán, Sinaloa. ¡Condenamos su asesinato y exigimos que sus crímenes no queden impunes!)
Ante el rebrote de la brutal violencia entre los grupos de choque de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el Sindicato Libertad, obligado es preguntar de quién es la mano negra que mece la cuna de la violencia e insiste en provocar ingobernabilidad.
Si en política no hay casualidades, sino causalidades, de ninguna manera, fue simple coincidencia que poco antes que pasara la marcha de la Sección XXII de la CNTE, normalistas y organizaciones sociales, ocurriera el sangriento enfrentamiento entre los transportistas.
Es por demás evidente, público y notorio, que se trató de una peligrosa acción de provocación a los activistas y milicianos que marcharon, con motivo del Día del Maestro. Acción camuflada de disputa por una obra en construcción anexa al Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO).
Según reportes preliminares, el enfrentamiento inició, luego que se reportó muerto un hombre detrás del OXXO ubicado en el Monumento a la Madre, quien era afiliado a la CTM.
Este hecho provocó que los cetemistas llegaran al lugar para bloquear el crucero del Tecnológico, cuando un grupo del Sindicato Libertad empezó a agredirlos a disparos.
Tras varios minutos de enfrentamiento, los trabajadores de la CTM lograron dispersar a los integrantes del Sindicato Libertad, por lo que iniciaron la toma de taxis adheridos a ese grupo.
El grupo de choque de la CTM logró detener cuatro taxis foráneos del Sindicato Libertad, incendiaron dos y destrozaron otros dos, además de una Suburban.
Se imagina usted, querido lector, cuántos muertos y heridos provocaría el choque entre transportistas y marchistas. Dios guarde la hora, pero seguramente ocurriría un brutal baño de sangre con incontables muertos y heridos, comercios, viviendas y vehículos incendiados. Resurgiría inmediatamente la retención y saqueo de vehículos del servicio público y privado, así como las barricadas, como ocurrió en Nochixtlán. Pocos ignoran que cientos de activistas y milicianos marchan con armas de fuego en sus mochilas y morrales. Las autoridades lo saben.
En consecuencia, qué actor o actores con suficiente poder político y económico-financiero insiste en romper la incipiente estabilidad que ha logrado con sus altibajos el gobernador Alejandro Murat durante sus primeros cinco meses de gobierno. ¡Nombres! ¡Nombres!
Al mejor estilo de los thriller político-mafiosos, a nuestro juicio, para tratar de escudriñar y tratar de establecer la identidad de quién es la mano negra que mece la cuna de la violencia e insiste en desestabilizar y provocar ingobernabilidad, hay que seguir la huella del dinero.
Enseguida, es imperioso preguntar qué actores políticos tienen la perversidad genial de armar un escenario de violencia como el ocurrido por enésima ocasión entre los grupos de choque de los transportistas de la Confederación de Trabajadores de México y el Sindicato Libertad.
La respuesta a las dos preguntas anteriores conduce, obligada y necesariamente, a ex gobernadores como Ulises Ruiz Ortiz, Diódoro Carrasco y Gabino Cué, con suficiente poder y dinero, a través de sus operadores Eviel Pérez Magaña y Jorge Castillo Díaz, respectivamente.
Los tres ex mandatarios estatales son enemigos jurados, más que del gobernador Alejandro Murat Hinojosa, de su padre, el ex gobernador José Murat, con quien mantienen desde hace años una encarnizada pugna por el poder en Oaxaca. Ignoramos si los agravios son reales o no.
No debemos olvidar, desde luego, a otros siniestros personajes y actores políticos, cuya genial perversidad no es menor. Nos referimos al ex priista, ex convergente, ex perredista y por ahora senador de la República por el Partido del Trabajo (PT), Ángel Benjamín Robles Montoya.
Los nexos, otorgamiento y gestión de miles de concesiones de taxis y mototaxis de Benjamín Robles Montoya al Sindicato Libertad en el gobierno de Gabino Cué, así como a transportistas de otras organizaciones sociales radicales, están ampliamente documentados desde hace años.
Esa abierta complicidad del senador perredista-petista no excluye, desde luego, el financiamiento de movilizaciones, marchas, plantones, bloqueos de calles y carreteras, toma de oficinas públicas del Sindicato Libertad y de otras organizaciones sociales radicales.
Antes que se incendie el pasto seco de la pradera política oaxaqueña es indispensable que no solo las autoridades ministeriales, sino sobre todo los organismos de inteligencia investiguen de quién o de quiénes son la mano negra o manos que promueven la violencia en Oaxaca.
Antes de apoyarnos en la información manejada por los diversos medios para contextualizar los hechos del enfrentamiento entre la CTM y el Sindicato Libertad, no podemos descartar una hipótesis todavía más perversa y truculenta en la generación de la ingobernabilidad en el estado.
En un ejercicio de creación de escenarios futuros, obligado es preguntar a quién beneficia la inestabilidad política: indiscutiblemente a los ex gobernadores que ven como enemigos a los Murat, pero también a quienes desde ahora están obsesionados por la gobernación del Estado.
Y éstos políticos pertenecientes al Partido Revolucionario Institucional están incrustados en el propio gabinete legal y ampliado. Por supuesto, que algunos como Alejandro Avilés ya están fuera por desleales al jugar las contras a Alejandro Murat, para que no terminara su gobierno.
Estos personajes políticos menosprecian la inteligencia y firmeza de carácter del gobernador por su juventud, creen que no sabe tomar decisiones, a pesar de las muestras que ha dado ya, sin embargo, se equivocan rotundamente. Alejandro Murat sabe bien a bien quiénes le traicionan.
Por tal motivo, hemos de insistir que un nuevo corte de caja en función de la evaluación de los resultados en el trabajo, pero ante todo en cuestión de lealtad, se dará antes o poco después de seis meses más, cuando el gobernador Alejandro Murat rinda su primer informe de labores.
El saldo del enfrentamiento entre grupos de choque de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y del Sindicato Libertad, en el crucero del Monumento a la Madre en la capital oaxaqueña, fue de un muerto y un lesionado por arma de fuego y cinco taxis quemados.
Según reportes de la Secretaria de Seguridad Pública del Estado, integrantes del Sindicato Libertad arribaron a la zona en tres camionetas para desalojar a balazos a trabajadores de la CTM por una obra anexa al Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), lo que suscitó un.
Tras el enfrentamiento, las unidades se dieron a la fuga rumbo a Plaza Bella, por lo que integrantes de la CTM bloquearon avenida Oaxaca para iniciar la búsqueda de los responsables.
El enfrentamiento dejó dos lesionados de arma de fuego, un detenido y una persona muerta, misma que fue identificada con el nombre de Élfego Cruz, alias “El More”, de 28 años de edad, mismo que fue trasladado al Servicio Médico Forense para la práctica de la necropsia de ley.
Personal de Bomberos sofocaron las llamas de cinco taxis incendiados, mientras que otras tres unidades quedaron destrozadas en la zona sobre la Carretera 190.
Elementos de la Policía Estatal llegó 40 después al lugar de los hechos aunque hay detenidos.
Cabe señalar que los integrantes de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) laboraban en el lugar, luego del enfrentamiento entre CTM y Sindicato Libertad, sin embargo, interrumpieron La movilización se detuvo temporalmente en el crucero de Brenamiel, tras el enfrentamiento a balazos entre grupos sindicales de la CTM y Libertad sobre la carretera federal 190, frente al Monumento a la Madre, lo que dejó un saldo de muerto, un lesionado y un detenido.
Los hechos no importaron a la Sección XXII de la CNTE, normalistas y organizaciones sociales, insistieron en pasar por la zona, a pesar que había evidencia que recabar. Los policías recibieron la orden de retirar las unidades calcinadas y dañadas para abrir paso a la marcha.
Sin importar la muerte de un hombre ni las investigaciones de los peritos, que aún no llegaban, todas las prueba se movieron en menos de una hora para no obstruir la marcha de la CNTE rumbo al zócalo y presionar al gobierno a dar respuestas definitivas a su pliego de demandas.