Excelsior
Atreverse a reconocer algún tipo de atributo físico a una mujer desconocida o no, en la vía pública, en la escuela, centro de trabajo o transporte, podría costarle al atrevido una sanción de hasta 754 pesos y un arresto de seis a 12 horas.
Además, existe también el riesgo para el acosador de que la víctima, al sentirse afectada, haga uso de las redes sociales para denunciar y señalar al responsable, quien seguramente lo pensará nuevamente antes de volver a lanzar un piropo.
Para la Consejería Jurídica de la Ciudad de México(CJCDMX) no existe el piropo como esa “frase ingeniosa que se lanza a una persona para adular con el propósito de cortejarla o enamorarla” (definido así por la Academia Mexicana de la Lengua).
En la Ley de Cultura Cívica para la CDMX, la fracción I del Artículo 23, se define la infracción contra la dignidad de las personas, como vejar o maltratar física o verbalmente a cualquier ser humano, que es como llega el caso de un piropo a los juzgados cívicos.
Es ahí en donde se pierde la cifra, y no se sabe exactamente cuántos acosadores, por hacer uso de esa gracia verbal, son puestos a disposición de la autoridad.
“QUIÉN FUERA BIZCO PARA VERTE DOBLE”
De acuerdo con cifras de la CJCDMX, entre enero de 2016 y abril del presente año fueron presentados por “vejar” ante un juzgado cívico un total de dos mil 654 personas, de las cuales fueron infraccionadas 837, sin que se pueda precisar cuántas fueron por hacer uso del piropo.
Del total de presentados en ese periodo, el 83% fueron hombres, dos mil 202 casos; el 16% fueron mujeres, 424 personas, y el 0.6% fueron adolescentes, sólo 16 casos.
De acuerdo con jueces cívicos, son escasas las denuncias por vejaciones relacionadas con piropos propinados a mujeres, indican que de 50 casos que llegan a un juzgado, tal vez uno puede ser por hostigamiento a una mujer.
La Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, define como violencia sexual en contra de este género, cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física.
Este ordenamiento establece que este tipo de violencia es una expresión de abuso de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto.
“GUAPA”
El debate de si es válido reconocer o no los atributos de una mujer, surgió en marzo del presente año cuando Tamara de Anda, periodista, decidió denunciar en su cuenta de Twitter, @plaqueta, a un taxista que le dijo “guapa”.
Mientras que usuarios de las redes sociales consideraron que la medida resultó extrema, ya que el agresor fue presentado ante el juez cívico, para otros De Anda puso un ejemplo para terminar con el acoso callejero.
COMEDIANTES ACORRIENTARON EL PIROPO
El cronista Alfonso Hernández afirmó que el rechazo que en los últimos años ha tenido la práctica del piropo, entre un sector de las mujeres, se debe a que se ha perdido la gracia y la picardía en el manejo del español, para volverse un catálogo de términos vulgares.
Indicó que, principalmente, comediantes de televisión son los que se han encargado recientemente en acabar con esta práctica, para volverla en una situación incómoda.
El piropo callejero, elegante, bonito, elogioso a la hermosura, de una mujer ha ido en desuso, en parte por esos cómicos de la televisión que lo han hecho procaz, lépero, misógino.
Entonces, ahora uno se expone a que te denuncien si alguien le lanzas un piropo, alabando su belleza”, comentó el cronista y director del Centro de Estudios Tepiteños.
El “hojalatero social”, como se define Hernández, señaló que para hacer un uso agradable de esta costumbre se necesita de un manejo ingenioso del lenguaje y, aunque suene paradójico, de un respeto a la mujer.
Había que tener mucho ingenio para realmente halagar a una dama, que ella no se sintiera ni ofendida ni agredida en su integridad femenina.
Entonces había que hablar de lo bello de sus pies, su caminar tan rítmico, era un piropo que tenía que ver con halagar de una manera entre pícara y poética”, comentó Hernández.
Para el cronista, la costumbre del piropo para reconocer un atributo de un hombre hacia una mujer, y viceversa, que también llega a ocurrir y que nunca se denuncia, se puede perder entre el marco de reglamentaciones de protección al sector femenino.
Pero el mismo riesgo corren otros tipos de expresiones como el albur y los refranes, que no se puedan usar, en el momento que causen malestar a una persona.
Es lamentable que estén poniendo tantas cortapisas al habla popular, por eso el piropo, el albur, los refranes parece que van a ser sancionados, si los dices en el lugar menos adecuado.
Por eso considero que un piropo bien armado, oportuno, debe correr el riesgo de tener finura y algo de poesía”, dijo Hernández.
HACEN EL DÍA
Un piropo bien plantado, ingenioso y con respeto, en ocasiones llegan a hacerle el día a quienes lo reciben, así lo reconocieron chicas entrevistadas.
Cuando es bonito, educado, con buena intención es válido, aunque venga de un desconocido, no importa. Si nos están tocando, es ofensivo y agresivo, pero de lejitos y con gracia, le hacen a una el día”, comentó María Eugenia Quintanilla.
Para Fernanda Castillo la parte más importante que debe incluir el piropo es el respeto, con las palabras y las intenciones correctas de halagar y sin ofender.
Siempre y cuando sea con respeto, porque a veces sí se pasan demasiado los chicos, y se vuelve en una ofensa para nosotras, pero sí está bien que lo hagan.
Denunciar es válido cuando se vuelve un acoso para nosotras, pero si es con gracia, hasta me da risa”, dijo Fernanda.
Valeria comentó que también se vale que una mujer pueda piropear a un desconocido, con la misma condición, que haya un respeto a la persona.
A todas las mujeres nos gusta que nos halaguen o nos echen una flor, con educación y con respeto todo se vale, también hay mujeres que dan piropos a los hombres, pero con educación, porque hay de piropos a piropos”, comentó.