Excélsior.
Ciudad de México. Después de que se difundió un video casero donde un líder de una organización de taxistas del puerto de Salina Cruz obliga a un chofer a besar a otro, como condición para expedirle el permiso necesario para prestar este servicio, trascendió que el afectado intentó suicidarse.
Según las versiones divulgadas entre el gremio de los ruleteros de la zona porteña, localizada en la región del Istmo de Tehuantepec, refirieron que su compañero –a quien identificaron como Eulalio- fue ingresado a un hospital supuestamente luego pretender quitarse la vida.
Eulalio es obligado por el sedicente líder a besar a otro hombre, aparte de un depósito de 35 mil pesos por el aparente permiso; posteriormente sale a lavarse la boca y escupir con desagrado.
Los comentarios propagados entre los operadores del volante, mediante grupos de chats, coinciden que la aparición del video casero afectó la vida familiar y social de su colega, por lo que este fin de semana intento intoxicarse dentro de su taxi, sin embargo, varios transeúntes dieron aviso a los paramédicos quienes le salvaron la vida.
Al parecer, el chofer estuvo en observación clínica en uno de los centros de salud del puerto, donde lo dieron de alta. Aunque las instituciones del sector salud, que incluye los hospitales de Pemex y el de la Secretaría de Marina, ubicados en el puerto, fueron reservados respecto a los pacientes atendidos en la jornada de fin de semana.
De manera paralela, vía redes sociales, aparecieron otros videos similares al primero, esto es, el dirigente Javier Córdoba “La Culebra” humillando a automovilistas besar a otros los integrantes del gremio a cambio de un permiso. Al respecto la autoridad del sector trasporte reiteró que ningún particular ni gremio tienen esa facultad, únicamente el gobierno estatal, previo estudio de factibilidad.
En respuesta a la saga de videos, afines a Córdoba reconocieron como una práctica común besarse entre ellos, al argumentar que se trata de besos amistosos, pues “somos una fraternidad”.
En su momento Córdova Quevedo reconoció haber participado el día en que un chófer fue obligado a besar a otro, supuestamente para recibir una concesión para manejar un vehículo de pasaje.
En entrevista con Excélsior, el líder de 73 años de edad aceptó que en un principio avaló el “relajo”, aunque después “no me pareció”. Y, agregó, “tuve un poco de culpa porque no debía de haberlo permitido”.
Negó que en su organización humille a los choferes necesitados, “esa ocasión, fue sólo una broma”, pero un día después sus allegados confirmaron que esto es una práctica recurrente.