Proceso.
Ciudad de México. Pese a la mejora de la tasa de desempleo en los últimos meses, México aún no vuelve a tener los niveles previos a la recesión económica del 2008-2009, informó la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Aún peor: de acuerdo con el reporte Perspectivas del Empleo 2017, publicado este día por el organismo internacional, el empleo y la participación laboral en México seguirán siendo débiles hasta finales de 2018.
De acuerdo con el organismo encabezado por José Ángel Gurría, en México, la tasa de desempleo se ha recuperado completamente del impacto de la crisis financiera y económica global, volviendo a una tasa anual del 3.6% en abril de 2017, el mismo nivel que en el inicio de la crisis.
Sin embargo, acotó, el empleo, como proporción de la población de 15 a 74 años de edad, está ahora 2.2 puntos porcentuales por debajo de su valor anterior a la crisis en 2007.
Además, el desempeño del mercado laboral ha quedado por debajo del promedio de la OCDE en su conjunto, como resultado del débil desempeño en el empleo refleja la disminución en la participación laboral de los jóvenes y trabajadores de más edad.
El documento pone énfasis en la elevada informalidad, por lo que recomendó al gobierno mexicano introducir un sistema de seguro de desempleo.
Para la OCDE, la incidencia del trabajo informal es ahora más baja que al comienzo de la crisis, pero aún muy elevada desde una perspectiva internacional. Hoy en día, casi seis de cada diez trabajadores están empleados de manera informal en México.
“Esto incluye a los empleados dependientes informalmente empleados, así como a los trabajadores autónomos de subsistencia en la agricultura. La gran mayoría de estos trabajadores no están cubiertos por la seguridad social”, precisó el informe.
Sin embargo, la incidencia del trabajo informal aumentó inicialmente a raíz de la crisis financiera mundial, reflejando su papel como red de seguridad social para los que perdieron el empleo en el sector formal.
La OCDE recomendó que para evitar que aquellos que pierden su empleo en el sector formal caigan en la informalidad, debe introducirse un sistema de seguro de desempleo.
Empleo, muy lejos del discurso oficial
El panorama que pinta el organismo internacional, donde se agrupan 35 países, que son los más desarrollados del orbe, pone al mercado laboral mexicano con más deficiencias que virtudes. Muy lejos de la imagen que da el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien presume constantemente la creación de miles de plazas… pero de mala calidad.
De hecho, la OCDE señaló que la principal prioridad de México es promover el crecimiento, al tiempo de fortalecer su inclusión.
“A pesar de una reciente recuperación del crecimiento de la productividad, el crecimiento no ha sido lo suficientemente inclusivo como para lograr mejores condiciones de vida para muchas familias mexicanas”, sentenció
No quedó ahí, el documento alerta que el mercado de trabajo mexicano presenta una puntuación baja en comparación con otras economías de la OCDE en términos de calidad de los ingresos, así como diferentes medidas de inclusión relacionadas con la desigualdad de ingresos, la igualdad de género y la integración de grupos desfavorecidos.
“La escasa inclusión en el mercado de trabajo está relacionada en gran medida con la omnipresente informalidad laboral. Para promover el trabajo formal, se debe aumentar la conciencia de los subsidios en el trabajo para los trabajadores formales, mientras que la aplicación de la legislación laboral debe mejorarse centrándose en las grandes empresas formales que emplean a los trabajadores informales”, sugirió.
Estas medidas, precisó, deben complementarse con medidas específicas para reducir la pobreza, promover la igualdad de género y fomentar la integración de los grupos desfavorecidos.
De otra forma, no hay modo de que la situación mejore, ni con la creación de más empleos.
Insatisfacción en la población, voltean al populismo
La preocupación de la OCDE también está en el descontento de la población en varios países que voltean a ver al populismo, por las fallidas políticas económicas, el comercio internacional y la inversión.
“La reacción populista de la globalización cuestiona la asesoría de políticas públicas que ofrecen organismos internacionales como la OCDE, que durante mucho tiempo ha recalcado los beneficios de la integración mundial. Ante el creciente escepticismo sobre la ortodoxia de las políticas públicas, es importante volver a evaluarlas, eso incluye cuales son las decisiones más o menos correctas, o en cuales se han equivocado los responsables de formular las políticas del mercado laboral y en dónde es necesario cambiar el enfoque”, advirtió.
Pese a lo anterior, el reporte elaborado por el organismo internacional aseguró que el mercado laboral sigue mejorando, con una tasa de empleo que finalmente vuelve a los niveles anteriores a la crisis.
La mala noticia es que las personas con ingresos bajos y medios han visto estancarse sus salarios y la proporción de empleos “semicalificados” ha disminuido, lo que contribuye a aumentar la desigualdad y la preocupación de que los empleados mejor pagados estén recibiendo una parte desproporcionada de los beneficios del crecimiento económico.
Aún más, la recuperación del mercado laboral sigue siendo muy dispareja y es probable que la tasa de empleo solo sea un 1% mayor a su nivel anterior a la crisis, para finales de 2018.
Mientras que en algunos países continuará el déficit de puestos de trabajo, de manera particular en el sur de Europa. Incluso en los países donde se ha recuperado el empleo, el crecimiento de los salarios sigue siendo moderado.
“Alrededor de una tercera parte de la polarización total en el mercado laboral de la OCDE se debe a los cambios en los empleos de la manufactura a los servicios, los trabajadores industriales que quedan desempleados a menudo se ven obligados a aceptar trabajos con salarios más bajos en el sector de servicios”, explicó el organismo.