Honran a víctimas del sismo del 19 de septiembre

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La Jornada.- Saldo blanco fue reportado por la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México con motivo del Desfile de Ofrendas Móviles, efectuado ayer en la capital de la República como parte de las celebraciones del Día de Muertos, organizadas por el gobierno local.

De acuerdo con la instancia, más de un millón de personas presenciaron ese festivo y colorido recorrido, que durante cerca de tres horas abarcó seis y medio kilómetros y que tuvo como punto de partida la Estela de Luz o Monumento del Bicentenario de la Independencia, conocido coloquialmente como la suavicrema, y que llegó a la Plaza de la Constitución.

Desde muy temprana hora, miles de personas comenzaron a llegar a Paseo de la Reforma con el propósito de conseguir el mejor lugar para apreciar el desfile, en el cual intervinieron una quincena de carros alegóricos y más de mil 500 voluntarios, que integraron las comparsas.

Centenas de mujeres ataviadas elegantemente como Catrinas, igual cantidad de calacas vestidas de gallardos charros, brujas, monjes, zombies, diablos, diablesas, momias, jorobados, vampiros e infinidad de espíritus chocarreros y de rostros maquillados como cráneos humanos pudieron verse a lo largo de esa verbena popular.

De vez en vez, entre el avispero de voces humanas y la variada música surgida de los carros alegóricos, el firmamento fue enarcado con el fuerte tronido de los cohetones que desde la iglesia de San Hipólito, a la altura del Metro Hidalgo, recordaron que ayer fue el día de San Judas Tadeo, patrono de las causas imposibles.

Entre las comparsas destacaron los carros que rindieron homenaje al recientemente fallecido monero mexicano Eduardo del Río Rius, con la reproducción de los personajes de su historieta Los Supermachos, como Calzonzin, Doña Eme y Don Perpetuo; algo similar con el dedicado a La Familia Burrón, del también fallecido caricaturista Gabriel Vargas, en el que se apreciaron descarnados al apacible Don Regino, la desaforada Doña Borola, y al resto de su prole: Macuca, El Tejocote y Foforito.

También se observaron panteones gigantes móviles, una enorme trajinera de Xochimilco con sus vistosos letreros en coloridas flores y en la que se transportaron actores disfrazados de personajes de la cultura popular mexicana ya fallecidos, como Frida Kahlo y Diego Rivera, María Félix, El Santo, JuanGa y Cantinflas, así como un enorme y espeluznante tzomplantli prehispánico.

El desfile estuvo dividido en dos segmentos. El primero, titulado La muerte viva, incluyó elementos relacionados con los decesos en el México prehispánico, Colonial, Revolucionario y de la época actual; en tanto que el intitulado Carnaval de calaveras, incluyó un reconocimiento a la brigada de rescatistas y voluntarios que intervinieron tras el sismo del pasado 19 de septiembre. Entre otros, desfilaron ocho binomios caninos que participaron en las labores de salvamento.

Esta actividad forma parte del programa Celebración de muertos 2017, que a partir de ayer y hasta el 4 de noviembre conmemorará una de las tradiciones con mayor arraigo en el país, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2003.

Organizada por el gobierno de la Ciudad de México, por conducto de la Secretaría de Cultura local, la celebración de este año está dedicada a honrar la memoria de las víctimas del terremoto del pasado 19 de septiembre y a reconocer la cultura solidaria de voluntarios y rescatistas.

Además del desfile, el programa incluye una ofrenda monumental en el Zócalo capitalino, que permanecerá abierta hasta el 2 de noviembre; un foro artístico con actividades en esas mismas fechas y un paseo nocturno en bicicleta, a realizarse el 4 de noviembre.