Meade y Osorio Chong cocinan operación cicatriz

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La Jornada.

Ciudad de México. José Antonio Meade Kuribreña –quien llegó minutos antes al lugar del encuentro– recibió con un abrazo, unas palmadas en la espalda y un rápido apretón de manos a Miguel Ángel Osorio Chong. Esas fueron las primeras imágenes de la inesperada reunión entre los dos finalistas en la carrera por la candidatura del PRI a la Presidencia de la República.

La charla se prolongó durante una hora con 45 minutos.

El sitio en el que se convocaron fue el famoso restaurante Puerto Chico, ubicado por los rumbos del Monumento a la Revolución, uno de los comederos más concurridos por la clase política. Tanto fue así que en la mesa contigua estaba un senador perredista y algunos dirigentes del PRI.

Horas más tarde, el experimentado priísta y líder de la bancada del tricolor en el Senado, Emilio Gamboa Patrón, definió la cita Meade-Osorio: Esta es la política fina que hacemos en el partido.

Faltaban cinco minutos para las cuatro de la tarde cuando, acompañado por un pequeño grupo de sus más cercanos colaboradores, el ex secretario de Hacienda llegó al restaurante. Todas las miradas se concentraron en el virtual precandidato presidencial, a quien le habían reservado una mesa al fondo para que conversara sin interrupciones.

Expectantes, los comensales dirigían en forma intermitente su mirada a Meade y a la puerta, para ver quién sería el invitado a la mesa del hombre que ha ocupado los espacios informativos y las primeras planas de los diarios en días recientes.

No tuvieron que esperar mucho, casi enseguida, tres minutos después, entró el secretario de Gobernación acompañado por su coordinador de asesores, Guillermo Lerdo de Tejada, quien le informó que Meade ya lo esperaba.

La conversación entre Meade y Osorio se desarrolló sin interrupciones. Una charla formal, seria. Los comensales de las mesas cercanas narraron más tarde que los escucharon hablar de cifras y datos. Poco a poco, el sitio se fue llenando de reporteros, si bien el equipo del ex funcionario trató de que no se acercaran.

Antes de las seis de la tarde los dos se levantaron y dieron por concluido el encuentro; avanzaron hacia la salida y frente a las cámaras, se abrazaron. Ambos declinaron ofrecer declaraciones sobre el encuentro, que se dio dos días después del destape de Meade.

Ya en la sede del tricolor, donde se reunió la Comisión Política Permanente que autorizó al ex secretario de Hacienda presentar su solicitud de registro al proceso interno priísta, Gamboa Patrón dijo: “Osorio es un hombre profundamente institucional, que le va a dar todo su apoyo a quien estoy seguro será el próximo presidente de México.

Es una comida que se vive siempre, se encuentran, se reencuentran y se van a apoyar. ¿Asperezas? Asperezas nunca, el proceso ha sido muy limpio y transparente. ¿Operación cicatriz? No, creo que no. He vivido muchas de éstas (comidas). Es una operación más de lo que es la política fina en el partido.

De paso, el político yucateco deslizó que el titular de Gobernación podría ser parte fundamental en la campaña del amigo Meade.

Lo cierto es que en el restaurante Puerto Chico, durante largo rato, Osorio y Meade hablaron, trascendió, de los problemas del país y de las expectativas de solución.

La comida finalizó con un café y una Coca Cola. No pidieron postre.