Excelsior.
A sus 10 años, Gabriel comenzó a tener comportamientos extraños para sus padres, aislamiento, ojos enrojecidos, bajo pretexto de los videojuegos, sueño excesivo, falta de interés en los estudios y carácter variante.
A sus 10 años no tenía una interacción con sus compañeros de escuela, mucho menos con sus vecinos de la calle Santa fe de la colonia San Felipe de Jesús en la delegación Gustavo A. Madero. La rutina de los juegos en la calle se volvió en casa-escuela-casa.
Hortensia su joven madre, siempre presumía a su hijo ante las vecinas y familiares, “es un niño bien portado, no es vago; siempre llega de la escuela y se mete a su recámara, no da lata, estudia y juega con sus videojuegos”. Una letanía que todos se sabían de memoria.
Lo que no sabía Hortensia, es que Gabriel formaba parte de los 888 mil niños y jóvenes que tienen una adicción por las drogas, en especial por la mariguana y cocaína, estupefacientes más consumidos en México.
Mariguana o cocaína, él tenía sus escondites para evitar que los descubrieran sus padres que no le ponían mucha atención. Todos esos escondites estaban a la vista de todos. Entre el talco para los pies, el pegamento escolar, huecos en los soportes de la cama, colchón y doble fondo de su mochila.
La falta de supervisión en la ropa, mochila e incluso, la propia recámara la volvió un oasis donde podía ocultar las pequeñas dosis de mariguana o cocaína que compraba con lo que le daban de dinero sus padres para la escuela, en ocasiones cambiaba un reloj o cualquier cosa de valor que “desaparecía” de las pertenencias de sus padres.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017, niños y jóvenes de 12 a 17 años de edad, ya se encuentran con la adicción del consumo de mariguana.
En 2016 se tenía el registro de 395 mil niños y jóvenes adictos a la mariguana, este año el registro se elevó a 888 mil niños y jóvenes adictos; es decir, se tuvo un aumento en el último año del 125 por ciento.
La mariguana está considerada, como una de las drogas ilegales más baratas en el país, los “dealers”, “narcomenudistas” surtidores las venden en pequeñas cantidades que pueden ser escondidas en cualquier parte de la casa, ropa o mochila.
De acuerdo con Maricarmen Tepayol Cano, maestra en psicología de las adicciones del Instituto Mexicano para la Prevención y el Tratamiento de la Adicción, A.C, en la actualidad jóvenes y niños son creativos para esconder la droga.
“Los adolescentes son muy creativos y, por ejemplo, hay quienes lo meten en su zapato, les quitan la plantilla y ahí meten la mariguana o a veces, por ejemplo, en la cajetilla de cigarros, en lugar de tener cigarros, ahí tienen la mariguana que es como la droga más más barata, más común”, agregó.
Cajetillas de cigarros, carteras, postes de camas o literas, cuadros, puertas, doble fondo de mochilas, cajas de colores, juguetes, cajas de videojuegos y loncheras; son un lugar ideal para esconder pequeñas porciones de droga.
“Desde ponerlo en su lonchera o desde ponerlo a lo mejor en algún botecito chiquito, por ejemplo, esos de ‘pritt’ o como les decía en el calzado se puede escoger muy fácilmente”, aseguró Tepayol Cano.
El consumo de drogas, alcohol y tabaco en la población infantil y adolescente registró un notable incremento en los últimos años, al pasar de 2.9 en 2011 a 6.2% en 2016, es decir, actualmente 6.5 millones son hombres y 3.9 millones son mujeres.
Lo más inquietante es en el caso de las mujeres adolescentes se registró un aumento de 205%, de 2011 a 2016, siendo la mariguana la droga predilecta para este sector.