La Jornada.
De frío y de hambre, cuatro niños desplazados han muerto la última semana en los helados parajes de Chalchihuitán, Altos de Chiapas. También fallecieron dos adultos, según reportó el presidente municipal de ese municipio, Martín Gómez Pérez. Más de mil personas permanecen en el monte, pernoctando en cuevas o bajo los árboles, fuera de sus localidades, por temor a las amenazas de muerte de grupos paramilitares que, según denunció el edil, fueron armados por la presidenta municipal de Chenalhó, Rosa Pérez.
Uno de los pequeños fallecidos tenía tres días de nacido. Su madre lo parió a la intemperie. Los otros eran menores de cuatro años. También han muerto dos adultos los últimos días. En esa zona montañosa las temperaturas bajan a cerca de cero grados durante la noche y al amanecer.
El sábado llegaron a la parroquia de Simojovel los ex presidentes y agentes municipales de Chalchihuitán para hablar con el presbítero Marcelo Pérez y para hacer la denuncia. No tenemos ni con qué atender a la gente. No hay medicina ni alimentos, y hay muchos enfermos porque llevan ya casi dos meses viviendo fuera de sus casas. Ni siquiera tenemos medios para trasladar a los más graves, porque los caminos siguen bloqueados, informó a este diario el presidente municipal en entrevista telefónica.
Los niños fallecidos eran de las localidades de Pom, Canaluntik y Telmut. A la fecha, los pobladores de esos sitios siguen desplazados, igual que de Bolonchojón, Cruztón y tres parajes más. Es bastante triste e injusto lo que está pasando. Ya no sé ni qué hacer. No tenemos ayuda, nadie nos escucha, expresó Gómez Pérez.
La semana pasada el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas y el presbítero de Simojovel, Marcelo Pérez, denunciaron que a raíz del asesinato de un tzotzil de Chalchihuitán, Samuel Pérez Luna, el 18 de octubre, miles de personas huyeron de sus casas. Hasta hace pocos días sumaban ya cerca de 5 mil personas desplazadas.
Medios locales han asegurado en días recientes que los desplazados ya habían retornado y que las carreteras que comunican a los pueblos de Chalchihuitán con San Cristóbal de las Casas ya están despejadas. Eso es mentira. Seguimos secuestrados en nuestras comunidades. En estos momentos desde Panajó y Nichcacanam se escuchan disparos de alto calibre, aseguró el presidente municipal.
El pasado 4 de diciembre pobladores y autoridades de las comunidades sitiadas de Chalchihuitán se trasladaron a Tuxtla Gutiérrez para denunciar la situación y pedir audiencia con el gobernador de la entidad, Manuel Velasco Coello. Pero no nos recibió. Perdone lo que voy a decir, pero el señor gobernador me trata como a un perro. Sólo hemos podido hablar con unos licenciados y unos ingenieros que únicamente dicen, pero no le dan atención a la gente.
Un viejo conflicto limítrofe entre los municipios de Chalchihuitán y Chenalhó ha generado durante años conflictos en la zona. El próximo 15 de diciembre el tribunal agrario deberá resolver sobre el control de cerca de 900 hectáreas en disputa. Según dicen los de Chenalhó, si el fallo no les favorece nos van a ir a matar. Vivimos con esa amenaza.
El 16 de noviembre pasado, en una mesa de negociaciones, la alcaldesa de Chenalhó, Rosa Pérez, del Partido Verde y allegada al gobernador, se comprometió a ordenar el desbloqueo de las carreteras, que se mantienen bajo control de cerca de 200 hombres armados. Sostiene el alcalde: Pero nada de eso se cumplió. Al contrario, cada vez son más las balaceras y luego nos dicen que no hay desplazados. Nosotros no estamos inventando nada.
El 10 de diciembre, en la reunión realizada en Simojovel, los ex presidentes municipales, agentes y autoridades de Chalchihuitán acordaron exigir al gobierno de Chiapas que a más tardar pasado mañana, 12 de diciembre, se abra el paso de las carreteras a San Cristóbal.