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Ciudad de México. Francisco Toledo es el artista mexicano más fecundo de la época moderna, con cinco décadas de creación ininterrumpida. Enemigo de las definiciones y los métodos, la obra del oaxaqueño se nutre de sus vivencias y recuerdos lejanos, dice, que llegan como “momentos brujos” para hacer aparecer la magia y lo inimaginable. Dos figuras en su formación de artista gráfico fueron su paisano Rufino Tamayo y el escritor Octavio Paz.