Rafael García Zavaleta.
Para que el actual estado de cosas se prolongue en el país, principalmente el PRI está usando a las mujeres en los programas denominados sociales, donde el gobierno procura tener cautivos a los necesitados a través de una mujer de su propia clase y necesitada igual que ellas, que es quien coordina a las beneficiarias de dichos programas.
Es por eso que lo que a principios del siglo XX afirmaba Simone de Beauvoir, sigue siendo vigente, “el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.
Hoy mismo, no solo tiene cómplices, sino serviles a cambio de migajas, que no distinguen que sean migajas lo que obtienen esos desgraciados, porque también son pobres e ignorantes, que los convierte en miserables conformes. En algún momento fueron las lecturas las que me impulsaban a criticar y pensar en que este país podría tener una mejor realidad, pero ahora, estoy convencido que los gobiernos del PRI y del PAN, nos han llevado a una situación caótica a la gran mayoría, convirtiendo en dóciles ciudadanos a los que hoy pueden reaccionar, y sin que se interprete a amenaza como muchos pretenden atribuirle a la advertencia ya dada, que de no permitir que ahora sí se respete el voto y se deje a los ciudadanos elegir a su próximo presidente, se puede desatar al tigre, renaciendo los caballeros águila y los caballeros tigre, herederos de ese valor y coraje de nuestros antepasados. México está bravo, está indignado, está harto de los explotadores e hipócritas, de los farsantes y cínicos, encabezados ahora por José Antonio Meade Kuribreña, quien por su discurso cínico fue abucheado en el estadio de Jorge Vergara, al creer que los ciudadanos siguen dormidos e idiotizados. No, el pueblo ya está despertando, ya está harto y eso le está dando valor de manifestarse y decirles a esos bandidos que ya basta de que nos quieran seguir viendo la cara de estúpidos.
La ciudadanía del pueblo de México, está en plena metamorfosis. Es esa oruga que está a punto de convertirse en mariposa para generar una realidad al menos diferente, quizás feliz. Dice Meade, que los gasolinazos son para que podamos realizar nuestros sueños, ni él se la cree. Son ellos, los gobiernos y las camarillas formadas por las cúpulas priístas y panistas quienes han ido matando lo que pudo ser el intento de una democracia y de una alternancia con el PAN. Es como dicen los profesores de Harvard, Levitsky y Ziblatt, las democracias en América Latina y de Europa, ya no las termina una revolución o un golpe militar, sino con el lento y constante debilitamiento de las instituciones críticas, como la judicatura y la prensa, así como la erosión gradual de las normas políticas dentro de determinado lapso. Eso es precisamente lo que han hecho los gobiernos del locuaz y peligroso Fox, que como ejemplo fue el uso de las instituciones para el desafuero de Andrés Manuel, el de Calderón, con la locura de involucrar al Ejército y desatar la guerra contra el narcotráfico a raíz del robo descarado del dinero del narco que Calderón a través de Lozano, le había dejado a guardar al Chino Zhenli Ye Gon, e indudablemente el de Peña Nieto, con múltiples ejemplos, pero de los más destacados, el asunto de la casa Blanca, de Odebrecht y el uso de la PGR, Hacienda, CISEN, contra su hasta hace poco cómplice, Anaya Cortés.
Es interminable la lista de los usos y abusos de las instituciones y de los recursos públicos desviados para el enriquecimiento ilícito de los funcionarios de todos los órdenes de gobierno, federal, estatal y municipal. Todas estas tropelías sumadas, dan como resultado que se considere que nuestra democracia está a punto de morir si no se respeta la voluntad popular, esa es la rampa de salida, elecciones limpias y libres.
Que dejen los gobiernos de usar los programas sociales para cautivar y secuestrar la voluntad del voto ciudadano, sobre todo de ,os que menos tienen, de los más necesitados, de los ignorantes, de los desprotegidos, de los olvidados, de los miserables que solo sirven para legalizar esos malos gobiernos de las últimas décadas. Los que pertenecemos a esa ciudadanía que impulsa, que trabaja diariamente, que provee a su familia, que no vivimos de lo que robamos del erario público y mucho menos de lo que está mal puesto, confiamos en que este México nuestro tenga un mejor destino a partir del 1 de diciembre de 2018.