Antonio Moreno Castañeda
El 1 de julio de este 2018 terminó el día en México con un fenómeno político que parecía inminente, la población votó contra los dos grandes partidos políticos, el PRI y el PAN, de esta forma la mayoría de la población le “cobró” a estas dos agrupaciones años de agravios y abusos de los gobiernos emanados de estas dos organizaciones; la población le otorgó su confianza a un nuevo partido político: MORENA –Movimiento de Regeneración Nacional-.
En los últimos 18 años el Estado mexicano “fortaleció” sus debilidades: la corrupción aumentó, las ilegalidades cometidas desde el Estado también aumentaron, el país se debilitó en muchos aspectos, el crecimiento económico fue casi nulo –de entre el 1 y 2% anuales en promedio- lo que ocasionó muchos problemas sociales; también en el ámbito internacional se han cometido graves equivocaciones en los últimos años, todo lo anterior se conjuntó llevando al resultado ampliamente conocido.
La guerra contra las drogas decretada por el presidente Felipe Calderón llevó a consecuencias nefastas, pues con esta acción lejos de acabar con el narcotráfico éste aumentó, además de incrementarse las actividades ilícitas que se dan alrededor del tráfico de drogas, ciertamente el fenómeno en cuestión empezó a tomar fuerza en los años 60tas. y 70tas., pero en los últimos tiempos se potencializó como nunca.
El último periodo en el contexto internacional ha sido particularmente patética la actuación de México, el papel de Luis Videgaray Caso como canciller resultó ser todo un “caso” de absurdos y desatinos, pues como se debe de recordar Videgaray –todavía como Secretario de Hacienda- trajo a México al, entonces, candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, luego de que este último había insultado a los mexicanos tachando, a todos los mexicanos que viven en Estados Unidos, de violadores, asesinos y narcotraficantes; posteriormente Videgaray Caso, ya como canciller, pretendía intervenir en los asuntos domésticos de Venezuela, al señalar que procedimiento constitucional es válido y cual no en dicho país sudamericano, lo que constituye una flagrante violación a la soberanía de un Estado, pues lo lógico en el conflicto interno de un país –como el que se vive en Venezuela actualmente- es invitar a las partes a buscar una solución, al problema, mediante el diálogo, no tomar partido por uno de los bandos en disputa, dando con ésto la impresión de asumir México una posición servilista ante Estados Unidos.
Otro desatino fue la expulsión del embajador de Corea del Norte, tomando partido, de nueva cuenta, en un conflicto que no involucra a México directamente, en este asunto la cancillería mexicana utilizó como pretexto el hecho de que Norcorea no había cumplido con sus acuerdos nucleares internacionales –siguiendo esta lógica también debería de ser expulsado el embajador de Israel-, dando de nueva cuenta la impresión de no seguir una política exterior independiente, sino totalmente subordinada a los intereses estadounidenses, pues se debe recordar que Estados Unidos tiene un conflicto latente con Corea del Norte donde han existido, inclusive, amenazas de usar armamento nuclear –por parte de ambos bandos-.