La pobreza sigue siendo el principal reto para un ejercicio pleno de los DH, señalan en curso en Defensoría

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Los investigadores del Colegio de México Julio Boltvinik y Araceli Damián imparten del 27 al 29 de septiembre el curso taller “Derechos humanos, mediación de la pobreza, estado de bienestar y seguridad social”, en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca.

El curso aborda la relación entre los métodos de medición de la pobreza y los derechos sociales, y comenzará con una revisión sobre los principios de medición de la pobreza y la tipología de los métodos que se utilizan tanto internacional como nacionalmente.

En el curso de Boltvinik y Damián se analizará a detalle en qué medida el diseño de los métodos de medición y los umbrales que se utilizan para estimar la pobreza son, en la mayoría de los casos, violatorios de los derechos humanos, y se hará especial énfasis en el método oficial de México y el del Banco Mundial.

Los investigadores del Colegio de México revisarán cómo se transformó la función del Estado de Bienestar emanado de la posguerra, examinando el caso de América Latina, donde dicha transformación ocurre a partir de la crisis de los años ochenta, ya que el alcance de éste afecta sustancialmente el acceso a los derechos humanos.

Finalmente, Boltvinik y Damián harán una revisión de la crisis de los sistemas de seguridad social y la propuesta del Ingreso Ciudadano Universal, en el curso que imparten en la Coordinación de Fortalecimiento a la Cultura de los Derechos Humanos de la Defensoría, ubicada en Arteaga 414 en el centro histórico de la capital, oaxaqueña.

Por su parte, al participar en la actividad, el Consejero Ciudadano de la Defensoría, Bernardo Rodríguez Alamilla, señaló que pese a la infinidad de tratados firmados y ratificados por México, la pobreza sigue siendo el principal reto para un ejercicio pleno de los derechos humanos, pues su prominencia pone en entredicho la dignidad y sobrevivencia de las personas, grupos o colectividades que se encuentran en esa situación, además de que los altos niveles de discriminación estructural y exclusión en que se encuentran, hacen ilusoria su participación ciudadana, su acceso a la justicia y el disfrute efectivo de sus derechos.

Rodríguez Alamilla señaló que cualquier sociedad que quiera pasar de una aceptación puramente discursiva de los derechos humanos a una de garantía efectiva de los mismos, necesita resolver el problema de la pobreza, lo cual pasa necesariamente por replantear el paradigma sobre el cual se han desarrollaron los modelos y formas en cómo se entiende y atiende este fenómeno en nuestro país. Pasar de un enfoque determinado únicamente por dimensiones económicas a uno en el que se asuma la integralidad del ser humano, sus necesidades, capacidades y potencialidades.