Se quintuplican linchamientos; en cinco años pasan de 40 casos a 245

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Excélsior.

Ciudad de México. Las cifras de linchamientos se han quintuplicado en el país en tan sólo cinco años. Mientras que en 2013 hubo 40 casos, en 2017 ocurrieron 245.

La tendencia muestra que en este año también se podrían alcanzar niveles altos, ya que hasta el 31 de agosto se presentaron 162 casos. La mayor incidencia se registra en los estados del centro y sur del país.

El crecimiento es alarmante. Ya nos rebasó el fenómeno de los linchamientos. Este año no ha concluido y no dudo que llegue a los 250 o más”, expresó el doctor Raúl Rodríguez Guillén, profesor de Sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco, dedicado desde 1988 al estudio de los linchamientos que terminan en muerte y las tentativas de linchamiento.

El linchamiento no siempre termina en muerte; gran parte de las veces es tentativa de linchamiento, pero para el caso es lo mismo, la intención de golpear y castigar es lo que cuenta en esos casos”.

En total, desde que inició el estudio en enero de 1988 hasta el 31 de agosto de 2018, se han registrado mil 75 casos de linchamiento y tentativas en todo el país. Las cifras más elevadas se presentan en 2015, con 118; 2016, 146, y 2017, con 245.

El Estado de México es la zona con mayor incidencia al presentar 263 casos. En segundo lugar se ubica Puebla, con 195, y le siguen Ciudad de México, con 107; Oaxaca, con 67, y Tabasco con 32.

Ecatepec es el municipio que más linchamientos presenta a nivel nacional.

Para Rodríguez Guillén la razón por la cual se han disparado las cifras es, principalmente, por el crecimiento de la impunidad en el país.

(El crecimiento en las cifras) se debe al incremento en los niveles de impunidad que hay en robos, abuso sexual o violación, abuso policiaco, tentativa de secuestro, incidentes viales y otros delitos. Cuando son recurrentes y la gente se percata de que no están siendo castigados, es cuando actúa y generalmente lo hace de manera violenta”.

Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) muestran que el robo se ha incrementado en los estados con más linchamientos.

En 2015, la Ciudad de México registró 77 mil 435 robos; para 2017 la cifra se elevó a 102 mil 714. En el Estado de México, 2015 presentó 94 mil 406 casos, y 2017, 137 mil 506.

En 2015, en Puebla fueron 23 mil 166, y en 2017, 29 mil 621. En Oaxaca hubo mil 737 robos, en 2015, y para 2017 la cifra se disparó a 10 mil 739. Tabasco registró 18 mil 091 en 2015 y para 2017 hubo 25 mil 469.

El delito de abuso sexual, presenta incrementos en el Estado de México, Puebla, Oaxaca y Tabasco. El secuestro incrementó en Oaxaca y la violación simple en Tabasco.

En materia de impunidad, de acuerdo con el Índice Global de Impunidad México 2018, realizado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP), la Ciudad de México presenta un nivel de impunidad medio, con 59.54 puntos, y Tabasco, un nivel alto con 69.88 puntos.

Los otros tres estados tienen niveles de impunidad muy alta, con 75.12 puntos en Oaxaca; 75.59 puntos en Puebla, y 80.06 en el Estado de México.

LINCHADORES, SIN CASTIGO

Para el especialista, el conflicto social se incrementa porque tampoco existen castigos para las personas que cometen un linchamiento.

El problema es que es muy difícil castigar a los que participan porque no se les captura en el momento que cometen el delito. Generalmente es tumultuario y es difícil saber quién dio el último golpe que privó de la vida al linchado”.

El especialista explicó que el tiempo promedio en el que ocurre un linchamiento es de dos o tres minutos, “por eso la policía no alcanza a llegar”.

Sin embargo, aun cuando la policía alcanza a llegar, cuando el acto se da de manera prolongada como en Tláhuac, “pues la gente ya está muy enardecida y se enfrenta a la policía, queman las patrullas”.

Agregó que, aunado a ello, el sistema de justicia en México tiene un problema: “¿cómo juzgar el hecho? y ¿a quién juzgar? Entonces terminan soltando a los que participaron en un linchamiento”.

PROPONE UNA SOLUCIÓN

Para Rodríguez Guillén la solución para disminuir el número de linchamientos en el país es bajar el porcentaje de impunidad en el país.

En el caso de Puebla es evidente (el incremento de linchamientos por impunidad), tiene mucho que ver con el crecimiento de otros delitos como es el huachicoleo, es en la zona del huachicol donde hay crecimiento de los linchamientos; se cruza con otro tipo de delitos del crimen organizado. La autoridad ya no se preocupa tanto por combatir los robos porque son menores, les preocupa más lo otro y descuidan a la gente, a la población común”.

Hasta hace siete años, en dicha zona no había tantos casos de linchamientos y en los últimos cinco años se incrementó de manera sustancial.

SÓLO ERAN DOS ENCUESTADORES
Esa tarde del 19 de octubre de 2015, Gustavo Lara Torres estaba en Tehuacán, la segunda ciudad con más población del estado de Puebla. Ese día, el alcalde de Ajalpan había decidido comer allá, cuando le informaron que supuestamente habían tratado de robar a una niña.

Para entonces, dos jóvenes de la empresa Marketing Research & Services realizaban una encuesta sobre el consumo de tortilla en la localidad, donde consideraron extraño que los hermanos José Abraham y Rey David Copado Molina hicieran tantas preguntas.

De pronto alguien acusó a la pareja de ser cómplices de los robachicos y como nadie los conocía prácticamente todos concluyeron que estaban relacionados con el supuesto intento de robo de infante, de acuerdo con la información recibida por Lara Torres, quien ordenó a la Comandancia de la Policía Municipal que realizaran la detención y que esperaran su regreso.

Los uniformados cumplieron la orden, pero no llegó la calma, pese a que los agentes prometieron que presentarían a los varones ante el Ministerio Público. Sonaron las campanas de la parroquia. Tronaron cohetones en el cielo. Incluso, a través de Facebook fue publicada una invitación.

Para entonces, Lara Torres ya había llegado a Palacio Municipal, donde más de mil personas empezaron a exigir la entrega de los detenidos, pese a que éstos mostraron credenciales de la compañía encuestadora y de la Universidad Tecnológica de Tulancingo, hasta que entraron por la fuerza.

El todavía edil (este domingo concluyó su gestión) reveló que al ver la turba tomó la decisión de esconderse en las oficinas de Protección Civil, uno de los pocos lugares que no fueron vandalizados por la gente enardecida, la cual prendió fuego a documentos, destruyó muebles y quebró ventanas.

Desde su punto de vista, uno de los principales factores en la consumación de este linchamiento fue la reacción tardía por parte del gobierno estatal, pues envió apoyo policiaco casi cuatro horas después de ser reportado este evento de manera directa al titular de la Secretaría General de Gobierno, Jorge Cruz Bermúdez.