La Jornada.
Ciudad de México. De los 74 trabajadores internacionales sin documentos que fueron detenidos por el Instituto Nacional de Migración (INM) la madrugada del viernes pasado, 70 de ellos ya recuperaron su libertad y fueron llevados a un albergue, indicó la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
Citando al quinto visitador general de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Edgar Corzo Sosa, la Redim señaló que los 70 viajeros ya salieron de la estación migratoria de Hermosillo, con acompañamiento de la propia CNDH y de organizaciones de la sociedad civil, y más tarde fueron llevados a la parroquia de San Luis Gonzaga, ubicada en la capital de Sonora.
Hasta el momento, sólo permanecen detenidas cuatro personas menores de 17 años de edad, debido a que “es necesario determinar su interés superior, por parte de las instancias correspondientes”, subrayó Corzo.
Como se informó ayer en este diario, elementos de la Policía Federal (PF) y el INM arrestaron a decenas de miembros de la caravana migrante en el estado de Sonora y los trasladaron a un centro de detención con el objetivo de deportarlos, a pesar de que el gobierno de esa entidad les había prometido darles autobuses para ayudarlos a llegar a Tijuana.
De acuerdo con Maggie Núñez, acompañante del éxodo de migrantes centroamericanos, entre el miércoles y jueves de esta semana había llegado a las inmediaciones de Navojoa, Sonora, un grupo de cerca de 2 mil integrantes de la caravana, a bordo de camiones de pasajeros que les facilitó el gobierno de Sinaloa.
En dicho punto, señaló la activista, los trabajadores internacionales sin documentos esperarían los autobuses que las autoridades sonorenses, a su vez, se habían comprometido a conseguir para que los migrantes continuaran su camino hacia la frontera con Estados Unidos, con algunas pausas intermedias donde recibirían alimentos, agua y ayuda humanitaria en albergues y parroquias.
A decir de Núñez, los camiones llegaron con mucha tardanza y de forma insuficiente, y cuando los indocumentados ya habían abordado dos de ellos, la PF y el INM los obligó a bajar o hizo que los vehículos de pasajeros siguieran a patrullas rumbo a las estaciones migratorias de Agua Prieta y Hermosillo, donde les notificó a los viajeros que estaban detenidos y se iniciaría el trámite de su deportación.
Los activistas que acompañan el éxodo afirmaron que los agentes de ambas instituciones jalonearon a los migrantes –incluidas mujeres y menores de edad– para obligarlos a bajar de los camiones.