La Jornada.
Ciudad de México. Pese a que la desnutrición infantil ha disminuido a la mitad, respecto a la prevalencia que había en 1988, aún hay 1.5 millones menores de cinco años que la padecen, señala la guía Qué funciona y qué no en desnutrición infantil del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Los programas para atender el problema no se orientan a los menores de dos años y la mayor parte de los afectados se encuentra en zonas rurales, sobre todo del sur del país, y forman parte de hogares indígenas y en situación de pobreza, señala el organismo que se encarga de medir la pobreza y evaluar los programas sociales.
Agrega que hay alrededor de 30 programas en el contexto federal y 380 estatales cuyos objetivos coinciden con acciones identificadas para reducir la desnutrición infantil, pero de ellos sólo hay cuatro federales y un poco más de 100 estatales que tienen un objetivo explícito relacionado con la nutrición.
Menciona que la mayoría de los programas a pesar de estar relacionados con los medios para mejorar la nutrición, particularmente por el lado de mejorar las prácticas de cuidado infantil y reducir la morbilidad por infecciones diarreicas, no tienen el combate a la desnutrición como un objetivo manifiesto.
Tienen como fines, por ejemplo, el fortalecimiento del desarrollo infantil; el incremento de la oferta de servicios de salud dirigidos a menores de 5 años; la construcción, reparación o mantenimiento de la infraestructura de agua potable y saneamiento en las localidades, o la mejora en el acceso de la población a estos servicios, así como el mejoramiento de las viviendas.
Advierte que la persistencia de una prevalencia elevada de desnutrición crónica es de gran trascendencia, dados sus efectos adversos en la morbilidad, mortalidad y el desarrollo sicomotor del niño y en el desempeño intelectual y físico del escolar.
Señala que que es fundamental que las acciones de salud y nutrición estén diseñadas de acuerdo con las necesidades específicas de los niños menores de dos años y de las mujeres embarazadas, ya que estas etapas son las que constituyen la ventana de oportunidad para mejorar la nutrición.
Para hacer frente a este problema, el Coneval recomienda medidas como identificar las causas específicas de la desnutrición en el grupo de menores al que se busca atender para saber en qué medida se debe a una dieta inadecuada o a una alta carga infecciosa, si hay falta de disponibilidad de alimentos, si es un problema de recursos insuficientes o de conocimientos sobre cuidados del menor.
Propone garantizar que las intervenciones estén diseñadas de acuerdo con las necesidades específicas de los niños de menos de 5 años, especialmente menores de 2 años, tomando en cuenta la problemática de salud y las prácticas de alimentación y cuidado de éstos dentro de la población objetivo específica, ya que si se dirigen al grupo en edad escolar, no se cubre a los más pequeños en el momento de mayor vulnerabilidad.
