La Jornada.
Ciudad de México. Las cifras de empleo cerraron el año con una caída en el porcentaje de población ocupada, un alza en la tasa de desocupación y un aumento en la informalidad, aunque también con un descenso en las condiciones críticas de ocupación, reportó el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
De acuerdo con los Indicadores de Ocupación y Empleo al mes de diciembre de 2018, la desocupación cerró en el nivel más alto desde hace dos años. El registro de 3.6 se ubica por arriba de todos los meses de 2018 y 2017, pero se mantiene por debajo de la tendencia de 2016 cuando el indicador oscilaba alrededor de 4 por ciento de la población económicamente activa (PEA), reportó el Instituto.
En las comparaciones de un año a otro, en la mayoría de los estados la tasa de desocupación cayó o se mantuvo, no obstante en siete fue el alza. Destaca Tabasco, el estado petrolero que desde 2017 ya se ubicaba como el de mayor desocupación, pasó de 6.7 por ciento a 7.9 por ciento de la población económicamente activa.
Las entidades del sur mexicano también incrementaron sus porcentajes de desocupación: en Chiapas pasó de 2.5 a 3.5 por ciento, en Oaxaca de 1.8 por ciento a 2.0 por ciento y en Michoacán creció de 2.3 a 2.4 por ciento.
En tanto que para Durango el aumento fue de 3.4 a 4.1 por ciento, en Tlaxcala de 3.8 a 1.4 por ciento; mientras en la Ciudad de México brincó de 4.6 por ciento a 5.2 por ciento.
En cuanto a la PEA a nivel nacional, esta no tuvo variación con respecto al año anterior ni en lo que refiere al mes de noviembre, al quedarse en 59.7 por ciento de la población de 15 años y más. No obstante sí hubo un ligero repunte en la informalidad, pero la ocupación sí incrementó para 2018, al pasar de 59.1 por ciento a 59.5 por ciento.
A la par, desde enero de 2018, comenzó a crecer la población ocupada que es laboralmente vulnerable por la naturaleza de la unidad económica para la que trabaja, con aquellos cuyo vínculo o dependencia laboral no es reconocido por su fuente de trabajo. En diciembre el dato fue de 56.8 por ciento de la población ocupada, cifra inferior a la reportada en noviembre del mismo año, pero mayor en 0.1 puntos respecto a la de igual mes de 2017.
La población ocupada en unidades económicas no agropecuarias operadas sin registros contables y que funcionan a partir de los recursos del hogar o de la persona que encabeza la actividad sin que se constituya como empresa, representó 27.5 por ciento en el último mes del año pasado y significó un aumento respecto a la del mes previo de 27.4 por ciento, y un aumento de 0.8 puntos frente a la del mismo mes de 2017.
Sin embargo, también al cierre de 2018 se registró una caída en las condiciones críticas de ocupación del empleo que combinan a quienes trabajan menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a sus decisiones, a quienes lo hacen más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y las que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos. En el último mes pasó de 16.4 por ciento en 2017 a 15.3 por ciento para 2018.