Alberto Alonso Criollo
Por fin al interior de Morena en Oaxaca soplan importantes vientos de cambio. Si es como nos lo han platicado, la nueva dirigencia de Morena ha asumido la gran tarea de consolidar organizativamente al partido desde las bases, en la lógica de generar la plataforma de poder social que es indispensable para apoyar el proyecto de transformación del país y del estado. Y conste que el desafío es de grandes dimensiones.
Justo en el momento en que parecen exacerbarse las inconformidades locales derivados de las luchas al interior del partido que amenazan con la dispersión y las desviaciones sectarias; aparece esta iniciativa que tiene por objetivo recuperar el papel del partido en la conducción de los cambios históricos que el país y el estado necesitan. Lo más interesante en este caso, es el diseño técnico, integral e incluyente que propone la nueva directiva para recuperar el partido.
Los jóvenes dirigentes de Morena en el Comité Ejecutivo Estatal en coordinación con la dirigencia nacional, con una perspectiva más integral y técnica, tendrán que resolver de manera positiva la disyuntiva de seguir con la vieja concepción del poder “suma cero” de que hicieron gala anteriores liderazgos o ir hacia una estrategia de ampliación del volumen del poder que supone el gran trabajo que debe desempeñar Morena.
En la primera perspectiva, el poder tiene un volumen permanente. Lo que significa que todo el poder que un actor gane; se traduce en una pérdida equivalente para otro actor. Se trata de una concepción egoísta y excluyente que supuso una sorda lucha por el poder de un partido en ciernes que agobiado por las urgencias políticas coyunturales y el acceso de nuevos grupos a Morena, un partido en construcción, tuvo enormes dificultades para generar acuerdos.
En la paradoja y afortunadamente, las inconformidades, los desacuerdos al interior del partido Morena en Oaxaca fueron minimizados al extremo por la ola de popularidad que el líder nacional del partido, AMLO, generó el 6 de julio. Sin embargo el reto interno para el partido permanece: es imprescindible restañar las divisiones internas, consolidar organizativamente y conjuntar esfuerzos para recuperar el papel de morena en la vanguardia del cambio.
Y para hacer eso, la tarea es llevar a mucha gente hacia la política de forma organizada, esa es la idea de ampliar el volumen de poder social en clave democrática y bajo una lógica de ganar- ganar. Dicho en cristiano, esto significa que hay que reconstruir a Morena como un partido moderno, organizado, incluyente y como intelectual orgánico de las causas ciudadanas en Oaxaca. Hay que comunicar que no se tiene miedo que la gente se organice y participe en las grandes decisiones del partido.
¿Como ven?