Excélsior.
Ciudad de México. Una escuela en la que aprenda a ser feliz, donde sus calificaciones no sean lo único que importe y en la que su maestra no tenga que comprar el material que necesita para poder pintar, son los anhelos de Ximena Arias Díaz, una pequeñita de seis años que estudia en la primaria Sor Juana Inés de la Cruz, del municipio de Ocoyoacac, Estado de México.
Para Fer Villalobos, una niña sorda, deben existir más escuelas para sordos en donde ella pueda ir a aprender.
80 por ciento de niños sordos en el mundo no van a la escuela, según la Federación Mundial
Juan Francisco, estudiante de la secundaria Santos Degollado, ubicada en el municipio de Huixquilucan, Edomex, no quiere ser una máquina receptora de conocimiento, pero sí formar parte de una generación a la que se le exija pensar.
Y Miguel Ángel Velázquez, alumno de la Secundaria Técnica 144 del Estado de México, está convencido de que el interés de los maestros en su aprendizaje le daría otra dirección a su vida.
Los deseos de estas niñas y adolescentes fueron puestos sobre la mesa durante la sexta audiencia pública en materia educativa ayer en la Cámara de Diputados.
Quiero llegar a una escuela feliz (…) en donde pueda aprender, pero también pueda jugar, porque en el recreo no nos dejan correr; debemos sentarnos sólo a comer, por eso me gustaría que hubiera juegos, pero no sólo pintados, sino que nos podamos subir”, expresó Ximena, quien llegó a San Lázaro con la emoción de conocer el lugar, impecablemente peinada con un moño café que combinaba con su uniforme escolar.
Jugar está establecido en la Convención sobre los Derechos del Niño, en su artículo 31, y representa beneficios tales como fortalecer los procesos mentales de los niños, permitirles expresarse y resolver situaciones que se les presentan como retos.
Quiero aprender
Yo quiero educación para sordos, porque hay poquitas escuelas para sordos; en cambio, escuelas para oyentes hay muchísimas. Por favor, ayúdennos para que haya más escuelas de educación para sordos”, pidió Fer en lengua de señas interpretada por su papá, Héctor Villalobos.
Según la Federación Mundial de Sordos, 80% de los niños en todo el mundo no asisten a la escuela; 18% asisten, pero no reciben educación en lengua de señas, y sólo 2% reciben una educación bilingüe.
Una de las principales preocupaciones de Juan Francisco, que cursa su tercer año de educación secundaria, es quedar relegado por no contar con maestros especializados, algunos de los cuales, en ocasiones, le sellan sus trabajos sin siquiera revisarlos.
A los concursos, programas y proyectos sólo se invitan a alumnos de escuelas particulares, muy pocas veces somos incluidos, y conforme pasa el tiempo somos olvidados, porque no contamos con los recursos económicos, las instalaciones y los materiales para ser capacitados”, reprochó.
Miguel Ángel Velázquez, quien también va a la secundaria, comparte la misma inquietud por la falta de materiales.
En ocasiones se carece de materiales deportivos, y es un problema poner a prueba la teoría que da un maestro de un deporte sin poder practicarlo”, ejemplificó.
Las condiciones precarias de las escuelas en México ha sido uno de los reclamos recurrentes por parte de docentes frente a grupo, académicos y ahora niños y jóvenes durante las audiencias públicas de educación que concluyen este sábado.