Con AMLO hay respeto, no sumisión: Moreno Cárdenas

0
302

La Jornada

Campeche, Camp. Priísta de toda la vida, dirigente, diputado, senador y ahora gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas confirmó que se inscribirá para contender por la presidencia del Partido Revolucionario Institucional (PRI) una vez que se publique la convocatoria, ¡y les voy a ganar! No podemos permitir que el PRI se convierta en un lastre como oposición. La militancia, los simpatizantes y las dirigencias estatales deben asumir su papel para abrir la puerta a la democracia partidista.

Con energía y convencido de su historial en las filas priístas, pero también sabedor de que enfrente tiene al politburó tricolor –los sectores que se han apropiado y sacado provecho de su partido–, el gobernante aseguró que para rescatarlo es urgente una reforma estatutaria y que los militantes elijan y decidan: Quiero que el PRI tenga destino.

En Campeche se respeta al Presidente

En una renovada capital de Campeche, estado que hoy tiene un crecimiento de 3.8 por ciento al año, Moreno Cárdenas señala que ante el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hay respeto y colaboración, no colaboracionismo ni sumisión.

“A la cúpula del PRI le molesta, dicen: ‘Alito anda muy cerca del Presidente’, pero nosotros tenemos la obligación de ver por nuestro estado, por la gente que se sabe representada por nosotros. Tenemos una relación con el Presidente, que nos ha tratado muy bien, con mucho respeto. Yo no puedo coincidir en muchas cosas con el señor presidente López Obrador, pero él es un hombre de pertenencia y está comprometido con el sureste. La relación con él se funda en el respeto, y en Campeche se respeta al Presidente”.

Generoso en su reconocimiento, sentencia: Está claro que hay Presidente con proyecto e ideas, y lo importante es que se pongan en práctica esas ideas. Y hay que ir construyendo consensos.

Así, echado para adelante, confirmó que al momento de la publicación de la convocatoria para la elección en el PRI solicitará licencia en el Congreso de Campeche para contender, y su compañera de fórmula será Carolina Viggiano.

El dilema que quieren endosarle sus oponentes en el PRI en torno a la relación que como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) ha entablado con López Obrador se resuelve con el ejercicio de la política: Yo soy un político profesional: nací, crecí y me desarrollé en las filas del PRI. Y en mi partido aprendí que hay que construir con el gobierno. Lo más importante es la población, no podemos pelearnos con el gobierno. Al contrario, tenemos que hablar con él.

En esa tónica, describió: Quiero un PRI con destino. Algunos no quieren que llegue al partido, pero voy a participar y les voy a ganar, porque tenemos la razón histórica y política.

Para el gobernador de Campeche, el tricolor tendrá que entrar en una etapa de transformación. Tenemos 10 millones de votos. Yo represento la alternativa. Quiero ser presidente del PRI porque soy priísta. Quiero ser coadyuvante del gobierno, no colaboracionista. A mí me han dicho de todo, y más fuerte estoy. Es necesario que se construya una candidatura limpia y transparente, porque el PRI no es de unos, es de todos.

También dijo que la soberbia, la impunidad, los malos gobiernos y la ineptitud marcaron la calificación que la sociedad aplica a su partido: “El PRI se alejó de sus causas básicas. Hay que regresar a las bases, hay priísmo. Lo que vamos a aplicar en la dirigencia –una vez que la ganemos– es una reforma de los estatutos, abundar en el trabajo ideológico, combatir la corrupción e impulsar la participación permanente de las bases de nuestro partido”.

–A los ojos de un sector de la sociedad, el PRI es obsoleto.

–No es obsoleto. El PRI tiene que construir una plataforma política propia, reconstituirse en una nueva vía democrática. Vamos a construir una gran alianza política con la sociedad.

Convencido, insistió en cambiar al PRI: “No podemos seguir igual, necesitamos sumar. Yo soy un hombre libre, con criterio propio, que trabaja y dice lo que piensa, y un lacayo hace lo que le dicen.