La Jornada.
Los recursos de la beca de creador emérito que el artista Francisco Toledo recibía del gobierno federal a través del Sistema Nacional de Creadores Artísticos serán destinados a partir de este año, en su totalidad, a ampliar y consolidar los premios que otorga el Centro de las Artes San Agustín (CaSa) para el fomento a la creación literaria en lenguas indígenas.
El año pasado, cuando Andrés Manuel López Obrador anunció que Alejandra Frausto sería parte de su gabinete como titular de la Secretaría de Cultura, el también activista juchiteco envió una carta a la funcionaria en julio en la cual le expresó que deseaba renunciar a ese estímulo.
En la misiva Toledo argumentó: ‘‘Hace algunos años me dieron el título de creador emérito del Sistema Nacional de Creadores Artísticos; esto lo promovió el señor Rafael Tovar y de Teresa, el recurso que recibía lo usé para crear un fondo de becas y para la compra de libros para distintas bibliotecas.
‘‘A través de esta carta renuncio a seguir administrando este dinero y que sea la Secretaría de Cultura federal quien lo use para ayudar a los artistas oaxaqueños que más lo necesitan.”
El director del CaSa, Daniel Brena, confirmó a La Jornada que el maestro Toledo decidió donar esos recursos, que son alrededor de 500 mil pesos anuales, para consolidar los premios que otorga ese centro de las artes, fundado por el artista en 2006.
Con el dinero que recibía como creador emérito y con recursos propios, Toledo becó durante años a decenas de niños y jóvenes. Ese programa de apoyos seguirá, ahora exclusivamente con las aportaciones del pintor.
El CaSa se ubica en Etla, al norte de la ciudad de Oaxaca, en la ex fábrica de hilados y tejidos La Soledad, fundada en 1883. En los años 80 del siglo pasado ese inmueble quedó en el abandono y en 2000 lo compró Francisco Toledo.
Con la colaboración del entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el gobierno del estado de Oaxaca y fundaciones privadas, se creó en ese lugar el primer centro de arte ecológico de Latinoamérica.
El CaSa es hoy una de las escuelas dedicadas a la formación, creación y experimentación artística más activas del país. Sus instalaciones incluyen salas de exposiciones, un laboratorio ecológico de fotografía, talleres no tóxicos de gráfica tradicional y gráfica digital, así como salones y habitaciones dedicadas al alojamiento de artistas y estudiantes residentes.
Rescatar las lenguas indígenas, gran proyecto
El rescate de las lenguas indígenas es uno de sus grandes proyectos, el cual poco a poco va marchando no sólo a través de la imparti-ción de talleres, sino con la producción de materiales didácticos, desde rompecabezas tipo Montessori para niños de prescolar, juegos de mesa como loterías y tripas de palabras hasta publicaciones editoriales más completas, muchos de ellos diseñados con la asesoría de Toledo.
Los galardoness que otorga el CaSa, además de ser un incentivo a la creación literaria en lenguas indígenas, ‘‘buscan educar, sensibilizar y promover la diversidad de éstas. Es un esfuerzo para mostrar que las lenguas en Oaxaca están vivas y hay personas no sólo en las comunidades sino en todo el mundo que están creando obras en zapoteco, mixteco o mixe.
‘‘Premiamos novelas, cuentos, poemas, canciones y añadimos el rubro de tradición oral, pues nos dimos cuenta de que muchas participaciones en narrativa tenían que ver más con eso, con las historias que se cuentan de generación en generación y que constituyen el patrimonio oral de las comunidades.
‘‘El premio que otorgábamos a participantes de Los Ángeles, California, lo abrimos para que concursen personas que radiquen en cualquier país y que escriban en las lenguas que difundimos”, explica Brena.
El director del recinto reitera que el CaSa ‘‘es sobre todo una escuela; ofrecemos cerca de 200 talleres, diplomados y cursos al año, en los cuales participan más de 2 mil 500 alumnos, siempre de manera gratuita. Por fortuna, desde su apertura hemos tenido muchos aliados para que todas nuestras actividades sean posibles. Por supuesto, el más grande de ellos es nuestro fundador, el maestro Toledo.
‘‘También nos apoya mucho la Fundación Alfredo Harp Helú y recientemente se sumó la Universidad Nacional Autónoma de México, con la que vamos a trabajar proyectos muy fuertes con sus facultades de Arquitectura y de Artes y Diseño. Por ejemplo, vamos a iniciar un programa académico de arquitectura único en el país, con temas como sistemas constructivos tradicionales. Las nuevas convocatorias de los premios CaSa, que se darán a conocer a finales de febrero, forman parte de los proyectos importantes para 2019, ahora sumando el dinero que nos va a donar Toledo”, concluye Brena.